Enter your email address below and subscribe to our newsletter

El hombre que quiso mirar el rostro de su esposa por toda la eternidad

Comparte esta noticia

En el famoso cementerio Père Lachaise de París, donde descansan grandes figuras como Edith Piaf, Chopin y Oscar Wilde, se encuentra una tumba discreta pero profundamente conmovedora: la de Fernand Arbelot, músico y actor francés fallecido en 1942.

A simple vista, su sepultura parece una escultura más entre tantas… pero basta detenerse un momento para descubrir su misterio.

Fernand yace acostado sobre una lápida de piedra, con el rostro vuelto hacia una figura femenina que sostiene entre sus manos. Su expresión es serena, casi contemplativa.

Cuenta la historia que Fernand Arbelot hizo una última petición antes de morir: quería que, incluso después de la muerte, pudiera seguir mirando el rostro de la mujer que amó. Y así se cumplió su deseo.

No hay nombres grabados junto a él, solo esa escultura que representa su devoción eterna.

Una obra de arte convertida en promesa. Una tumba convertida en poema.

Allí, en silencio, Fernand sigue mirando a su esposa. Y París, ciudad del amor, le guarda ese secreto de piedra y ternura.

Deja un comentario