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La Habana, 10 abr (EFE).- Las autoridades cubanas comunicaron a varias empresas extranjeras que no van a poder repatriar las divisas que tienen en cuentas bancarias en el país. En algunos casos, estas divisas ascienden a varios millones de dólares, según ha podido saber EFE.
El anuncio ha generado un fuerte malestar entre las compañías afectadas. En algunos casos se han quejado a sus respectivos Gobiernos, según fuentes empresariales y diplomáticas con conocimiento de la situación que pidieron permanecer en el anonimato.
‘Estamos en total desacuerdo. No es el dinero del Gobierno (cubano), sino dinero de las empresas’, se quejó a EFE un empresario. Denuncia que su cuenta ha sido ‘congelada’ y sólo puede usar esos fondos para operaciones dentro del país.
A cambio, las autoridades cubanas están ofreciendo a los afectados -en una serie de encuentros individuales que denominan ‘entrevistas’- la posibilidad de abrir en la isla un nuevo tipo de cuentas bancarias en divisas.
Se trata de una modalidad piloto y muy restringida. Aunque algunas voces creen que su uso podría ampliarse a empresas mixtas. Teóricamente estas compañías sí podrían operar sin limitaciones, porque estos apuntes contables tendrán respaldo monetario.
No obstante, estas cuentas admitirán solamente capital nuevo (no se puede traspasar el de las cuentas previas: sólo se aceptarán transferencias del exterior).
Algunas empresas extranjeras que atraen inversión a la isla ya están comenzando a abrir y operar este tipo de cuentas. Al parecer ya las disfrutan empresas de GAESA, el conglomerado empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). GAESA controla sectores estratégicos de la economía nacional, del turismo a las telecomunicaciones, y tiene establecimientos de comercio minorista, bancos, gasolineras e inmobiliarias, entre otros.
Entre las empresas extranjeras afectadas hay quienes ven esta medida como un paso doloroso, pero necesario.
Alegan que las restricciones ya eran un hecho desde hace años. Confían en que con las nuevas cuentas puedan realizar operaciones internacionales o repatriar beneficios.
Muchos empresarios, sin embargo, han recibido la oferta cargada de escepticismo por el mal recuerdo de experiencias previas. Por ejemplo, el extinto peso convertible (CUC) o la virtual Moneda Libremente Convertible (MLC). Dudan de que las condiciones actuales de esas nuevas cuentas se vayan a mantener en el futuro dada la situación de crisis en el país.
La ventaja teórica de estas nuevas cuentas es que serán en principio inmunes a los graves problemas de liquidez de los bancos cubanos. Este sector es completamente estatalizado tras el triunfo de la revolución en 1959.
El sistema financiero se encuentra actualmente atravesado por múltiples dificultades. Estas van desde los distintos tipos de cambio paralelos a la descapitalización y la falta de liquidez. Esto afecta tanto las transacciones en pesos cubanos -racionada desde agosto pasado- como en divisas, con diversos grados discrecionales de limitaciones.
Las causas, como las de la grave crisis económica en que se encuentra sumida la isla desde hace más de cinco años, son diversas. Hay que buscarlas en la combinación de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y la aplicación de fallidas políticas económicas y monetarias en la isla.
El acceso a divisas está fuertemente limitado desde al menos el año pasado. Esto debido a que el Estado atraviesa grandes dificultades financieras y está recurriendo a los fondos en el sistema bancario para adquirir bienes básicos en el extranjero.
El Estado cubano detenta el monopolio del comercio exterior. En la actualidad importa alrededor del 80% de lo que se consume en la isla, con prioridad en combustibles y alimentos, porque la producción nacional se ha derrumbado.
En este contexto, las autoridades cubanas han iniciado en los últimos meses sendos procesos de bancarización (para reducir la circulación de efectivo) y de dolarización (de trámites administrativos y servicios estatales). La finalidad es captar un mayor volumen de divisas de la economía y poder afrontar pagos en el exterior. (EFE)