Por Jorge Sotero ()
La Habana.- La doble moral se da en Cuba con más facilidad que la verdolaga en los campos de la isla, tomando como referencia un refrán que siempre decía mi abuelo Zenón, en referencia a su Cumanayagua idolatrada, y les pondré un ejemplo.
Ayer, René Navarro, el otrora virtuoso narrador deportivo, famoso por la forma en que relataba voleibol, baloncesto y atletismo, sobre todo, publicó un post relativo a Miguelito Calderón, otrora medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 y después seleccionador nacional de baloncesto y entrenador de aquellos Capitalinos que hicieron época al final del siglo pasado y hasta comienzos del presente.
La foto de Calderón, que publicamos primero acá en El Vigía de Cuba, recogió enseguida comentarios de muchos conocedores del deporte, preocupado por la situación de Miguelito, quien se ve muy demacrado, sin visión, en la sala de un hospital, el Fajardo.
Navarro reclama atención para esos que en algún momento fueron glorias del deporte y la mayoría de los comentarios se movieron en esa dirección, salvo uno, el del multicapeón paralímpico Enrique Cepeda, quien se puso uniforme verde y sacó un ‘machete’ para defender la gestión del gobierno y del INDER, contrario a todo lo que hacía hace unos años, cuando reclamaba en cualquier parte casa y carro, por ejemplo.
Cepeda no salía de la Ciudad Deportiva. Pedía reuniones con Humberto Rodríguez, con Christian Jiménez, porque quería que le regalaran un carro. Luego iba a ver a Juantorena, a Roberto León Richard, y siempre salía echando pestes de aquellos que dirigían el deporte.
También se entrevistó con el Gallego Fernández por lo mismo, y al abandonar la sede del Comité Olímpico, soltó mil palabrotas sobre el veterano dirigente, porque nadie lo ayudaba en su empeño de tener una casa, ni de que le dieran un carro. Y ni qué decir de lo que decía de Tomás Herrera, El Jabao, que era el presidente de la comisión de Atención a Atletas.
Por si fuera poco, acosaba a los presidentes del gobierno en La Habana Campo, porque estaba casado por allá, y de la capital, porque él quería vivienda en ambos lugares, y algún carro. Hasta apareció en el Canal Habana para, durante una entrevista, hacer público y notorio su reclamo.
Pues bien, ahora el ya retirado Enrique Cepeda, que debe tener casa, carro y algún cargo en alguna instancia del INDER, sale a defender al organismo deportivo y al gobierno y niega que en Cuba las glorias deportivas hayan sido tiradas al abandono, algo que no hay que demostrar, porque se ve a simple vista. Solo hay que ver cómo viven muchos que fueron campeones olímpicos, o cómo murieron otros que le dieron lustre al país, entre ellos, por ejemplo, el voleibolista Abel Sarmientos.
«Yo no creo que nuestras glorias están olvidadas todo lo contrario en cada municipio y provincia del país existe una comisión y subcomisión de atención a atletas que vela por las glorias de su municipio y provincia además existen comisiones de atención a atletas por deportes donde tienen que velar por la salud y bienestar de esas Glorias y sus familiares», dice Cepeda, con una ortografía lastimosa y que no hemos tocado para que ustedes saquen sus propias conclusiones.
Más adelante agrega que «el Inder como institución del estado y el gobierno han trazado estrategias para que las glorias sean atendidas y reconocidas por toda la geografía de nuestro país y está comisión el día 23 de febrero estará cumpliendo 25 años de existencia ha que a veces no le podemos llegar con cosas que necesitan por todo lo que conocemos y no estamos exento de la situación que tiene el país pero si le llegamos a todos o casi todas las glorias deportiva de nuestro país», en una muestra de incoherencia total, que demuestra, además, que forma parte del entramado del INFDER y que alguna responsabilidad tiene.
Es más, creo que lo mandaron a inmolarse, a salir a contrarrestar lo que escribió René Navarro, algo así como que le tocó hacer de abogado del diablo, o casi de cibeclaria, aunque dando la cara.
Para lo que ha quedado Cepeda, quien intentó ser un velocista convencional y no pudo, y se aprovechó de un problema de visión para hacer carrera como limitado o paralímpico, y ahora no pone reparos en defender al decadente régimen.
«Pero seguimos y seguiremos acompañado a nuestras glorias deportivas de eso no les quepa duda alguna y Migue hermano empinate y resurge como el ave Fénix y recupérate que el movimiento deportivo cubano y Cuba está contigo», finalizó Cepeda en su lúgubre mensaje en el post de René Navarro, cuyo link dejamos acá.
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(Los entrecomillados fueron tomados así del comentario de Cepeda)