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DOS DE LOS VOCEROS MÁS DETESTABLES DEL CASTRISMO ENFRENTADOS

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Por Anette Espinosa ()

La Habana.- Michel Torres Corona y Leticia Martínez, dos de los más detestables personajes del castrismo se liaron en redes sociales por puntos de vista diferentes sobre su forma de ver el liderazgo actual de Cuba, en una ruptura que no sienta nada bien a la cúpula, que prefiere unidad en los voceros.

A raíz del recién finalizado pleno del Comité Central del Partido Comunista, el conductor del programa Con Filo, el desabrido Michel Torres Corona, intentó salir al paso a los que prefieren algún tipo de negociación, a los que llamó zanjoneros y plattitas -por el pacto del Zanjón ola Enmienda Platt- pero se encontró con la jefa del grupo de prensa de Miguel Díaz-Canel, quien le salió al paso de manera cortante.

«Con Congreso de lo Unido -contra zanjoneros, plattistas y entusiastas de la restauración liberal- es lo que necesitamos, donde discutamos a camisa quitada y se decida un curso único para la Revolución. Basta de bandazos y remilgos. El pueblo quiere justicia social y soberanía; quiere líderes y no dirigentes, compañeros y no señores. Para luego es tarde”, escribió Michel Corona en redes sociales.

También agregó en aquel primer post que «sentido del momento histórico, sentido de urgencia».

Leticia Martínez, villaclareña como Michel Torres y Díaz-Canel, le salió al paso al momento con contundencia.

«¿Decidir un curso único? ¿Justicia social? ¿Soberanía? ¿Líderes? En qué momento perdimos todo eso que clamas con un «para luego es tarde, escribió Martínez, que omitió los signos de interrogación en la última frase, una señal más de que los problemas ortográficos son comunes a todos ellos.

Torres Corona ripostó con un «Leticia, no sé si lo perdimos pero no creo que lo tengamos claro. Al menos yo no lo veo claro. Por eso hay que discutirlo y ponernos de acuerdo, lo antes posible».

Esta controversia entre dos de los más detestados personajes del castrismo es una muestra de cómo andan las cosas cercanas a la cúpula, con sus agoreros, los que salen en pantalla vomitando alabanzas contra el gobierno y los que deciden lo que se publica y lo que no sobre el impuesto presidente.

Torres Corona, además de pésimo comunicador, es un despreciable personaje que, hasta ahora, se había dedicado a hacer loas de la dirigencia, aunque para ello haya tenido que pasar por encima de cualquiera, menospreciando a los que no están de acuerdo con el gobierno que defiende, cerrando los ojos ante la corrupción de cuello blanco y encontrando siempre un culpable ajeno al castrismo.

Leticia Martínez es una arribista en su totalidad. Graduada de periodismo, reportera y jefa de información en Granma, además de casada con un oficial de la Seguridad del Estado, aprovechó para asumir como jefa de prensa y acompañante sempiterna de Díaz-Canel en sus viajes alrededor del mundo.

Ahora, el primero, al parecer, ve el barco medio hundido y quiere lanzarse, y la otra le recrimina por no tener la visión suficiente, o al menos los pantalones, para seguir en cubierta.

Nada, que ni ellos se ponen de acuerdo, pero a mí me parece que el mensaje de Torres Corona fue ordenado y también la respuesta de Leticia Martínez. Algo se está cocinando en la cúpula y los reyes están usando a sus peones.

A esperar, pero esta historia no se quedará acá.

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