Por Yoandy Videaux ()
Guantánamo.- En un artículo reciente, cuyo link dejamos debajo para que puedan consultarlo, nos referíamos al valor que tienen para el gobierno cubano los habaneros, en comparación con los habitantes de Guantánamo, y apenas han pasado unos días y lo hemos vuelto a confirmar, ahora con el huracán Rafael.
Es fácil de demostrar y no por aquello de que los municipios de la más oriental de las provincias sean, por mucho, los más depauperados de Cuba desde hace muchos años, sino por el actuar de la cúpula gobernante ante dos fenómenos climáticos muy parecidos, en poco menos de un mes.
Cuando la llegada del huracán Oscar a Guantánamo, a pesar de que estaban activados todos los Consejos de Defensa del país, la Defensa Civil, esa que aparece siempre en televisión para hacer alarde de todo lo que hay que hacer, ni por allí se portó, no evacuaron a las personas en riesgo y se desentendieron de todo.
Lea acá: https://elvigiadecuba.com/index.php/2024/10/28/por-que-vale-siete-veces-menos-un-guantanamero-que-un-habanero/
Luego, cuando algunos vecinos, los sobrevivientes, reclamaron, el presidente, que fue a dar la cara sin llevar nada de ayuda, dijo que nadie tenía la culpa de que se hubiera caído el sistema eléctrico, ni del huracán, como si sus funciones de gobierno no llevaran implícitas proteger a la población ante cualquier eventualidad. Para un buen gobernante, el pueblo ha de estar primero, pero nos referimos a uno bueno y no a los que mandan en Cuba.
Unos ocho muertos, dicen, dejó Oscar a su paso por esta provincia. Y también muchas personas sin recursos, sin casas, sin enseres elementales para la subsistencia, incluso sin comida, o sin agua. Aún en esos lugares se viven situaciones muy desagradables, pero ya el gobierno se desentendió de Guantánamo y ahora se centra en La Habana. Insisto, más en La Habana que en Artemisa, Pinar del Río o la Isla de la Juventud.
La Defensa Civil, con su octogenario general al frente, habla de miles de evacuados, de recursos puestos a buen resguardos, de limpieza de esto o lo otro, y uno se pregunta si no pudieron hacer lo mismo en Guantánamo. ¿O es que los de esta provincia valen menos y solo importan cuando hay que donar sangre o se necesitan policías en La Habana».
Con su actuar ante Rafael, el castrocanelismo deja claro que aquellos que viven cerca del centro del poder son más importantes. Lo explico mejor: una revuelta en la tierra del Guaso no pasará de eso, pero una en La Habana, cerca de los círculos de poder, puede costarle caro al castrismo, por más que el pueblo cubano no sea como el valenciano, que hasta un palo por la espalda le propinó a Pedro Sánchez cuando, muchos días después, fue a visitar comunidades afectadas por el temporal en España.
A mi no me cabe ninguna duda de que para el presidente, el primer ministro, la familia real y toda la cúpula que dirige el país, o que vive de él, hay muchos lugares que no interesan. Para ser más exactos, la mayoría no les importa y si hacen algo, solo lo hacen con la intención de que la gente no se vaya a levantar y pasarles la cuenta. Sí, porque ya algunos en la cúpula dirigente han comenzado a sopesar la posibilidad de que el pueblo ajuste cuentas.
Y esto no es un invento mío, un sueño onírico desde el oriente de Cuba, son confesiones de alguien muy cercano al poder, que cree que les puede estar llegando su hora.
Esas marcadas diferencias a la hora de actuar ante un mismo fenómeno meteorológico, lo ponen de manifiesto. En La Habana hay que evitar que pasen cosas: en Guantánamo que pasen.