Por Anette Espinosa ()
La Habana.- Un amigo de la carrera me acaba de decir que el pueblo cubano no le perdonaría al impuesto presidente Miguel Díaz-Canel que se vaya a la Cumbre del grupo BRICS mientras los cubanos continúan sumidos entre apagones interminables, como parte de la mayor catástrofe energética de la historia del país.
Díaz-Canel tenía previsto llegar en las próximas horas a la ciudad rusa de Kazan, sede de la reunión, prevista del 22 al 24 de octubre, pero, según fuentes de El Vigía de Cuba en el Minrex y en el aeropuerto, no se sabe nada de su viaje.
El caos generado por los apagones en toda la capital cubana ha dejado incomunicado a mucha gente, entre ellos a los trabajadores de la terminal aérea, que no saben cuál será la determinación definitiva del jefe de Estado, aunque nos queda claro que eso no depende de él. Irá si Raúl Castro le dice que vaya, y se quedará si le dice que se quede.
El jefe de Estado iba a acudir a Rusia al frente de una comitiva numerosa formada por unas 180 personas, entre el personal auxiliar y la delegación oficial, integrada por una decena de miembros, pero todo puede quedar en el aire, porque el país lleva casi cuatro días sin corriente y, para colmo, el huracán Oscar acaba de azotar el oriente del país.
Ante situaciones similares, ningún jefe de Estado acudiría a reunión alguna, pero para el gobierno cubano asistir a Kazán es trascendental, porque la isla quiere formar parte del grupo, aunque no sea exactamente como miembro, sino como socio, y para eso, creen las fuentes de El Vigía de Cuba en el Minrex que el mandatario debería asistir y no delegar en el canciller Bruno Rodríguez Parrilla.
Como si estuviera en tiempos de guerra, el gobierno cubano activó todos los consejos de defensa, desde los municipios hasta el nacional, y ante esta situación es poco probable que el mandatario que impuso por decreto Raúl Castro decida volar a la capital de la república rusa de Tartaristán para participar en la Cumbre de los BRICS, que suman ya 11 miembros y no los cinco que tuvo hasta el año anterior.
Cuba está pujando por convertirse en miembro o socio, aunque encontrará oposición del resto de los miembros, porque la isla caribeña no tiene nada que ofrecer: no tiene recursos naturales, no es un mercado atractivo, el gobierno pone trabas enormes a la inversión extranjera, su infraestructura da lástima, y encima -en el BRICS lo saben- tiene al frente del país a un gobierno corrupto e inoperante.
Sin embargo, Cuba podría, aunque no asista Díaz-Canel, convertirse en ‘Estado socio’, que no miembro, una condición que hasta ahora solo ostentan Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica, a los cuales se sumaron Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán.
Díaz-Canel era uno de los 39 jefes de Estado invitados a la cumbre, de la que ya declinó Lula da Silva por un accidente doméstico y de la que se puede caer el mandatario cubano, quien está a la espera de que Raúl Castro dé el visto bueno para su viaje, sin importarle lo que piense el pueblo, si lo perdona o no, porque el cubano le bajó el dedo casi desde el mismo día que lo nombraron y él, sin vergüenza, sigue ahí.