Tomado de MUY Interesante
Todos son personajes que han pasado a la historia por haber traicionado ruinmente a su país, a su gobierno, a sus compatriotas o incluso a Dios. Pero quizá las circunstancias que los rodearon eran más complejas de lo que parece a simple vista. O quizá no
Madrid.- A lo largo de la historia, algunas figuras han sido señaladas como traidores, odiados por sus actos de traición contra su país, su gobierno o incluso su fe. Sin embargo, las motivaciones detrás de sus decisiones pueden ser más complejas de lo que aparentan. A continuación se analizan diez de estos personajes, desde Marco Junio Bruto hasta Chelsea Manning, explorando las circunstancias que los llevaron a ser considerados traidores y las complejidades detrás de sus decisiones.
1. Marco Junio Bruto (85 a.C. -42 a. C.)
Junto con Judas, el traidor por antonomasia de la cultura occidental. Sin embargo, Plutarco lo describe como un hombre bueno, “de carácter benigno, ajeno a la ira, a la lujuria y a la ambición”. De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, pero las suyas para participar en el complot para asesinar a Julio César, a diferencia de las del resto de conspiradores, lo eran: evitar el retroceso de la República romana hacia una dictadura. Dos años después de su muerte, Marco Antonio restituyó su honor alabando su nobleza.
2. Judas Iscariote (¿?- 27 ó 33)
Traicionar a tu ejército, a tu emperador o a tu nación es una cosa, pero traicionar a Dios, estaremos de acuerdo, es sin duda alguna una traición con agravante. Judas vendió a Jesucristo a cambio de treinta monedas de plata y a día de hoy aún se discute si su motivación fue el dinero, su afinidad ideológica con los romanos o la posesión infernal.
En la Divina Comedia, Dante lo retrata como el traidor máximo y reserva para él el peor de los castigos: ser masticado eternamente por una de las tres bocas de Satán en el último círculo del Infierno, el Noveno.
3. Qin Hui (1090-1155)
En China no es raro encontrarse con estatuas del canciller Qin Hui y de su esposa, Lady Wang. Generalmente, las esculturas están protegidas o cercadas por vallas, pero aun así los chinos se las arreglan para escupirles a la menor ocasión, sin que las autoridades hagan mucho para frenarles.
¿A qué se debe tanta inquina? A su papel, matizado por los historiadores actuales, en la traición y la ejecución de Yue Fei, un general chino que luchó para la dinastía Song en las llamadas Guerras Jin-Song, que se alargaron desde 1125 hasta 1234.
4. La Malinche (1496-1527)
La Malinche –o doña Marina, como es conocida en España– era una mujer nahua, probablemente perteneciente a la clase alta, que fue entregada como esclava a Hernán Cortés en 1519, tras la batalla de Centla. La joven se convirtió en concubina de Cortés, le dio su primer hijo (uno de los primeros mestizos del Nuevo Continente) y trabajó como traductora para el conquistador español.
Considerada como epítome de la traición en México, su nombre dio pie al término “malinchista”, sinónimo de traidor y, más concretamente, de todo aquel que se deja seducir por un extranjero.
5. Guy Fawkes (1570-1606)
Guy Fawkes tuvo un papel determinante en la católica Conspiración de la Pólvora de 1605, cuyo objetivo fue asesinar al rey Jacobo I y a la aristocracia protestante volando por los aires las Casas del Parlamento. El complot fracasó y Fawkes se suicidó ante la perspectiva de ser torturado hasta la muerte.
Convertido en un icono del anarquismo adolescente contemporáneo gracias a la popularización de su personaje en la novela gráfica V de Vendetta, de Alan Moore, Fawkes es el traidor por antonomasia en Reino Unido, donde cada 5 de noviembre se celebra la llamada Noche de Guy Fawkes.
6. Mir Jafar (1691-1765)
No existe personaje histórico más odiado en el subcontinente indio que Mir Jafar, también conocido como Gaddar-e-Abrar o Traidor a la Verdadera Fe. Su traición al nabab de Bengala, Siraj-Ud-Daulah, durante la aparentemente intrascendente batalla de Plassey, propició los siguientes dos siglos de dominio británico. ¿Su pago? Su nombramiento como nuevo nabab del Estado marioneta de Bengala.
7. Robert Ford (1862-1892)
Inmortalizado en uno de los mejores westerns de la historia del cine (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, Andrew Dominik, 2007), Robert Ford fue el asesino del forajido Jesse James, al que disparó por la espalda con la intención de cobrar la recompensa que ofrecían por su cabeza: diez mil dólares de la época.
Ford y James eran amigos, y el hecho de que, tras el asesinato del segundo, Ford no solo no cobrara la recompensa sino que estuviera a punto de ser colgado como miembro de su banda hizo que la lección moral asociada a su traición quedara grabada a fuego en la sociedad americana: la traición no se paga.
8. Andréi Vlásov (1901-1946)
Andréi Vlásov fue uno de los más destacados y exitosos generales del Ejército Rojo (su papel en la defensa de Moscú fue clave para que la capital no cayera en manos de los nazis) hasta que en 1942, durante la defensa de Leningrado, resultó capturado por el ejército alemán.
Vlásov cambió entonces de bando, por su desacuerdo con las políticas de Stalin, y pasó a formar parte del llamado Ejército Ruso de Liberación, cuyo objetivo era ni más ni menos que la derrota del comunismo en Rusia. El general fue capturado tras la Segunda Guerra Mundial por el ejército americano y entregado a los soviéticos, que lo ejecutaron en 1946.
9. Mordejái Vanunu (1954)
Considerado como un traidor en Israel y como un héroe por el movimiento pacifista y antinuclear, Vanunu es un personaje ambivalente. Ingeniero atómico, Vanunu filtró a la prensa británica en 1986 detalles sobre el programa nuclear militar israelí, que hasta ese momento era camuflado por las autoridades del país como un programa civil de energía atómica.
Secuestrado por el Mossad en Italia, fue condenado a dieciocho años de cárcel, de los que cumplió once en total aislamiento. Actualmente en libertad, tiene restringido cualquier tipo de contacto con extranjeros y prohibida la salida de su país.
10. Chelsea Manning (1987)
Nacida Bradley Edward Manning, Chelsea trabajó como analista de inteligencia del ejército de EE.UU. hasta que en 2010 fue detenido –en aquel momento todavía no había iniciado el proceso médico y legal para su cambio de sexo– en Bagdad, acusado de la filtración a Wiki-Leaks de miles de documentos secretos relativos a las guerras de Afganistán y de Irak.
Manning fue condenada –ahora ya como mujer– a treinta y cinco años de prisión, pero Barack Obama conmutó su pena en una de las decisiones más polémicas de su presidencia. Actualmente, Chelsea Manning se encuentra en libertad.