Por Ulises Toirac ()
La Habana.- Le meten un torpedazo nivel Dios a un portaviones británico en aguas del Cercano Oriente. Así empieza esta serie de ocho capítulos que Netflix tiene en streaming.
Es de esas cosas que primero se pone buena y luego se pone más buena. Narra las peripecias diplomáticas de una mujer a la que inmediatamente pone Estados Unidos como embajadora ante Gran Bretaña en lo que parece ser una «papa caliente» que luego se explica como un primer paso para sustituir a la actual vicepresidenta del país.
Los chismes, bretes, escaramuzas de los servicios secretos de medio planeta, las ficticias y reales implicaciones de detalles aparentemente inocuos… Todo se pone en juego con el objetivo de dilucidar quién coño (y porqué) dió un paso por el que mueren 48 tripulantes y queda desactivado un buque de tal envergadura.
El guión es trepidante en cada minuto y está salpicado de inteligencia y de ese extra que te agarra por el pescuezo y te obliga a no moverte. Las locaciones son de colirio absoluto teniendo en cuenta además el nivel al que suceden los acontecimientos.
Me llamó la atención el casting. Usan de todo en toda la extensión de la palabra. Desde estrellas hasta desconocidos y con una variedad racial encomiable.
Si te gusta el tema, esta es de lujo. Te va a encantar