
VINICIUS FUE HÉROE EN MESTALLA PERO EL MADRID SOLO EMPATA
Por Yoyo Malagón
Madrid.- Vinicius Junior ya no es el chico que llegó a España y todos se reían de él cuando fallaba, o se impresionaba por cualquier cosa. Ya es un futbolista maduro, que asume responsabilidades, que hala al equipo y lo demostró este sábado en Mestalla, al conseguir los dos goles del empate del Real Madrid ante el Valencia.
Todos sabíamos que el de Mestalla podía ser un partido trampa, en un estadio que aprieta mucho al rival, con el antecedente de que llevaba un año calentándose el choque y el regreso del brasileño al campo donde fue expulsado injustamente en la temporada pasada. Pero los que creyeron que se achicaría, se equivocaron.
Los de casa aprovecharon dos errores de la zaga blanca, el segundo, de Carvajal, escandaloso y se adelantaron. El 2-0 dejó tocado al equipo de Ancelotti, que andaba perdido en la cancha, cual si le hubieran propinado un mazazo en la cabeza, pero en esas situaciones hay algunos que no se amilanan, y uno de esos es Vinicius, que tenía cosas guardadas dentro y aprovechó un centro en la última jugada del primer tiempo para mandarla a guardar entre un laberinto de pies y manos en el área chica.
El segundo tiempo tuvo una intervención de lujo por bando por cada portero. Mamardashvili se lució ante Bellingham para espantar el empate y poco después fue Andriy Lunin quien evitó el 3-1. Sin embargo, volvió a aparecer Vinicius y cabeceó como los grandes, de contra pique contra la línea del arco para un 2-2 que demoró más de tres minutos en certificarse.
El partido estaba intenso, lindo, con garra y errores, y cuando se jugaba el tiempo añadido, el árbitro Jesús Gil Manzano pitó un penalti contra el Madrid, que el VAR mandó a corregir, porque a Hugo Duro le robaron la pelota limpiamente.
Unos instantes después, cuando expiraba la prórroga, el Madrid se ganó un corner. La pelota fue rechazada, la recuperó el equipo blanco y justo cuando centraba Brahim, pitó el final el árbitro, justo cuando Bellingham cabeceaba y marcaba el 2-3 definitivo.
Un conato de protestas, discusiones, tarjetas, entre ellas una roja al centrocampista británico, que se perderá, al menos, el partido siguiente.
Para Ancelotti el punto no es malo. Siempre es un punto y él ha dicho en varias ocasiones que cuando no puedes ganar, al menos tienes que intentar no perder. Y sobre todo, tiene valor porque el equipo estuvo 2-0 abajo y logró al menos igualar.
La igualada hace más líder a los blancos, en espera de los partidos de Girona, Barcelona y Atlético de Madrid, sus más cercanos perseguidores.
De cualquier manera, fue un partido extraño, en el que el árbitro y el Valencia hicieron todo lo posible porque el equipo de casa no perdiera. Por suerte, en el bando contrario estaba Vinicius, que volvió a machacar al equipo valenciano.