UCRANIA: ¿COMIENZA EL ESPECTÁCULO O SE ACABA?

Por Jorge Menéndez

Cabrils.- Es innegable que los periódicos con un mínimo de seriedad ya comienzan a reflejar cada vez con más realidad lo absurdo de los ingentes gastos en la guerra de Ucrania.

Cada vez son más los políticos que hablan de la victoria rusa y la imposibilidad de Ucrania de lograr, por medio de las balas, una victoria sobre Vladímir Putin.

Un senador americano le preguntaba hace unos días a Vladímir Zelenski para qué quería que su país desbloqueara 60 mil millones de dólares, si ya le habían dado 110 mil millones y ni siquiera la contraofensiva tuvo éxito.

En tal sentido se han manifestado también el presidente húngaro Viktot Orban; Robert Fico, el primer ministro de Eslovaquia, y el mandatario serbio, Aleksander Vusic.

En el triunfo ucraniano de facto ya nadie cree, aunque las «primeras espadas » aún no tienen el valor de manifestarse. Pero, tiempo al tiempo.

El corresponsal de The Times ha reconocido el cambio de sensaciones que siente desde Kiev. Las noticias desde el frente asustan, decía, por su parte, el corresponsal del diario Bild. Un oficial que lucha en la región de Jarkov aseguraba que ya no tiene esperanzas ni con la nueva movilización de 500 mil personas, pues no están preparadas militarmente, no hay armas, y lo peor:  no tienen deseos de luchar, porque las tropas están desmoralizadas, decía.

Existe actualmente una gran distancia entre lo que publica la prensa occidental y el sistema propagandístico ucraniano.

Curiosamente, los que dirigen la propaganda del gobierno ucraniano ya han comenzado su éxodo. Sí, aquellos que desde hace dos años nos pintaban el heroísmo y las victorias desde el frente. Esos mismos que están aprovechando los viajes internacionales sobre la guerra para dar notoriedad al «problema ucraniano» para no regresar a su país.

Ya se sabe, porque se informó, que, en septiembre, el destituido ministro de defensa, utilizando su pasaporte americano y el de su familia, se marchó a Estados Unidos con su prole.

En noviembre, Aleksei Arestovich, uno de los estrategas de comunicación militar de Zelenski, quien desde antes de la guerra ya hablaba de la «derrota» rusa, se fue a vivir a Nueva York. Lo más interesante es que en reciente conferencia en esa ciudad ha dicho textualmente: “Ucrania ya no existe, es un cadáver”. Hace solo un año este mismo señor decía: “Rusia está siendo derrotada con un gran convencimiento de su responsabilidad”.

A finales de la semana pasada, el mundo quedó perplejo cuando un miembro de la delegación de Ucrania en el encuentro con la UE, Aleksei Pechiy, declaró que se quedaría en Bruselas.

Este hombre, casi desconocido en el extranjero, es uno de los locutores más populares de la televisión ucraniana, muy conocido por dirigir el programa de tv ‘Telemaratón de la guerra’.

Cada día, Pechiy salía en la tv ucraniana describiendo el heroísmo y las victorias del ejército de su país. Llegó a decir que Moscú ardería dentro de muy poco, que las líneas rusas han sido rotas y el ejército se marchaba de la orilla izquierda del río Dnieper, o que los drones rusos habían atacado a los países de la OTAN. Esas eran sus noticias.

El tal Pechiy declaró desde Bruselas que se quedaría a vivir allí, consciente de las críticas que le vendrían desde Ucrania, pero que prefería defender a su país desde la capital belga. Parece que esa es la nueva forma diplomática de convertirte en desertor.

No se puede olvidar que esto sucede en momentos en que Ucrania prepara una nueva movilización general para ir a una guerra, a la que nadie le tiene fe, por eso los ucranianos compran en las fronteras su salida del país o se arriesgan a morir atravesando los bosques de los Cárpatos y ríos congelados. Se inventan casamientos ficticios con mujeres invalidas o con muchos hijos para no ir a luchar.

A partir de ahora el gobierno de Zelenski enviará solo mujeres u hombres mayores a los mítines propagandísticos fuera de Ucrania.

El famoso cómico ucraniano Andreiy Sheguel también decidió quedarse en el extranjero, diciendo claramente que prefería irse a morir. Al mismo tiempo, el mismo gobierno ucraniano ha reconocido que entre un 40 y un 70 por ciento del personal diplomático no regresa de sus misiones.

La nave estatal ucraniana comienza a hundirse y los capitanes a abandonar el barco.

Recuerden que la cúpula afín a Zelenski tiene, en pleno, pasaportes de Estados Unidos, Israel e Inglaterra, como el propio presidente y su familia. ¿Estarán ya aprendiendo inglés?