Las piedras de las pirámides se transportaron por una autopista de agua
Un equipo de investigación presentó los resultados de un fascinante estudio en el XIII Congreso Internacional de Egiptología (ICE). La construcción de las pirámides egipcias a lo largo del margen oeste del río Nilo ha generado multitud de debates y teorías entre los historiadores, además de suponer uno de los temas más recurrentes entre el público a la hora de hablar de “grandes misterios de la historia”. Uno de los aspectos más destacados del tema es el transporte de los grandes y pesados bloques de piedra utilizados para la construcción, pues las canteras más cercanas a las pirámides están a varios kilómetros de distancia y estos sillares pesaban alrededor de 2,5 toneladas, pero los bloques más grandes podían llegar hasta las 15 toneladas. Una de las teorías más defendidas por los expertos habla de que debió de existir una vía fluvial utilizada por los constructores de las pirámides. Pues resulta que la hemos encontrado.
“Hoy en día, sin embargo, no existe ningún río importante en el área inmediata, ya que el Nilo se encuentra a varios kilómetros de todos los sitios de las pirámides. El análisis de los datos de los satélites de radar, respaldados por estudios geofísicos y extracción de muestras del suelo, ha llevado al descubrimiento del antiguo brazo Ahramat del Nilo (que significa brazo de las pirámides en árabe) que pasa junto a la cadena de pirámides entre Faiyum al sur y Giza al norte”.
El brazo del río se secó y ha estado oculto hasta ahora
Este curso fluvial se secó y ha permanecido oculto a nuestra vista desde entonces, pues su rastro quedó bajo el desierto y los cultivos que hoy día se extienden por la zona. El estudio explica que estamos ante una rama del Nilo con una longitud de unos 100 kilómetros y pasa cercano a 38 de las pirámides que se construyeron en el margen occidental del río.
“Aunque invisibles a nivel del suelo, los segmentos de la Rama Ahramat aparecen en las imágenes de radar debido a la capacidad de las ondas de radar para penetrar la superficie de la Tierra y revelar el terreno subterráneo. Además, los datos satelitales revelaron numerosos afluentes arenosos enterrados que desembocan en este brazo. Durante la época de construcción de las pirámides, estos afluentes probablemente habrían actuado como lagunas que albergaban puertos para atracar y proteger a los barcos lejos del intenso tráfico del curso principal del río”.
Varias de estas pirámides tienen calzadas que ahora sabemos que están orientadas a la rama Ahramat y que desembocaban en su orilla, lo cual parece dejar claro que este brazo del Nilo y sus posibles afluentes eran vías fluviales activas cuando se llevaron a cabo las construcciones de las pirámides durante el Reino Antiguo y el Reino Medio.
Una nueva era arqueológica
“Esta investigación ha producido el primer mapa del antiguo brazo del Nilo en esta región, lo que nos permitirá reconstruir una imagen completa del antiguo paisaje acuático del Antiguo Egipto y comprender cómo el cambio en el medio ambiente impulsó las actividades humanas en la región”.
La doctora Eman Ghoneim encabezó el estudio y apuntó que “la longitud probablemente era muy, muy larga, pero también el ancho de esta rama en algunas áreas era enorme. Estamos hablando de medio kilómetro o más en términos de anchura, que es algo equivalente al ancho actual del curso del Nilo, por lo que no era una rama pequeña, sino una importante”.
Con todo, el equipo aún tiene que confirmar la cronología en la que este curso fluvial estuvo activo. Para ello tienen que analizar el suelo y subsuelo y determinar con pruebas científicas que el agua corría por allí cuando se construyeron las pirámides.
A falta de esta confirmación, el uso del radar en estudios arqueológicos vuelve a demostrar resultados extraordinarios. No solo supone la localización de un hito geográfico que podría resolver un misterio, sino que anima a buscar más ramas del Nilo, ciudades, templos o tumbas que permanezcan hoy día bajo la arena del desierto, además de los aportes fundamentales que pueden hacerse para estudiar los cambios climáticos que ha vivido Egipto desde la prehistoria hasta la actualidad.