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Osmany Torres ()
La Habana.- No por esperada y anunciada desde el mismo momento en que se informó del partido, deja de molestar la apabullante goleada de 8×0 sufrida por la selección nacional de fútbol ante Rusia.
Con un equipo muy limitado tras las ausencias de figuras importantes como Yosel Piedra y Carlos Vázquez, quienes no viajaron por lesión, y las otras bajas por decisión técnica y cuestiones personales, (Corrales, Modesto, Matos, etcétera) que ya ponían en duda la capacidad competitiva del plantel, el seleccionado cubano saltó a la cancha con un once endeble e improvisado.
Lo que sucedió en los 90′ reglamentarios no sorprendió a nadie, pero sí provocó hastío en muchos que desean una mejor gestión de todo lo concerniente a la selección. Hablar de cuestiones técnico – tácticas sería volver sobre los mismos pasos de las últimas presentaciones del elenco conducido por Yunielys Castillo.
Pensar que frente a Rusia, con un nivel muy superior y en un contexto MUY complicado por el frío, se iba a conseguir algo positivo para el actual proceso era irresponsable y muy poco profesional. ¿Entonces, a qué fue la selección nacional a Rusia? ¿Qué objetivos cumplió el partido de este 20 de noviembre? ¿Alguien saldrá a dar la cara tras este nuevo descalabro o ante el aluvión de críticas la fórmula será la misma de casi siempre en la actual gestión: parapetarse y esperar que pase el temporal? Los seguidores de la selección nacional merecen respeto y no pueden seguir a oscuras en torno a los temas importantes del principal equipo de Cuba.
Si bien hay cuestiones internas que deben permanecer en el vestuario, también es cierto que existen otros asuntos que pueden y deberían hacerse públicos, pero la orientación de «arriba» es no hablar o dar declaraciones sin permiso. Ni la selección, ni el fútbol en Cuba es propiedad privada de dos o tres personas que, como funcionarios públicos, deberían cumplir con su función antes de tomarse atribuciones que aíslan y separan a los jugadores de la afición.
La selección no volverá a reunirse hasta 2024, esperemos que las próximas semanas sean de análisis y reflexión para recomponer un rumbo que ahora mismo está bastante difuso.