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Versos tristes para una ministra caída

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Por Laritza Camacho

La Habana.- Pudiera escribir los versos más tristes esta noche, pero no una canción desesperada…los desesperados son otros.

Occidente y Oriente -y aquí hablo de chinos, japoneses y eso- tienen una manera muy distinta de ver la enfermedad…para los occidentales, la enfermedad es causa…para los orientales, síntoma de algo que viene caminando hace rato, penetrando el aura, hasta brotar…

Los occidentales cortan el tumor y corren el alto riesgo de la metástasis porque no tratan la causa lejana que lo provoca. Los orientales tratan la causa, el trauma original, de manera tal que nunca más pueda resurgir el síntoma molesto.

De más está decir que somos occidentales…de ahí mis versos tristes.

Dimitió la ministra y eso, cubanos, lo logramos nosotros. Nuestra palabra fue firme y respetuosa (siempre hago hincapié en el respeto).

Marta Feitó tiene en su haber y bajo su responsabilidad, muchas otras historias que han sacado la enfermedad a la luz.

Como ministra de trabajo, aprobó e impulsó los aumentos de salarios que provocaron la inflación galopante que nos aqueja hoy. Fue su silencio al cumplir la absurda tarea del ordenamiento, sin chistar. Pero el silencio no es solo de ella.

Y puedo hablar porque lo hice desde el primer momento. Hablé y advertí en la reunión de mi centro de trabajo lo que iba a pasar. Mi criterio -como economista- no fue tomado en cuenta, ni elevado, ni apareció reflejado en ningún acta…

¿Cuándo fue que dejamos de escucharnos?

Me parece muy justo el nuevo reclamo del pueblo de que, al menos dimitan también, los doce diputados que hablaron maravillas de la intervención de la ministra.

Ni siquiera Yusuam Palacios recordó la martiana frase de «Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar» …aclaro que lo menciono solo a él porque, por su función y cargo, siempre nos está recordando al apóstol.

Sin embargo, me gustaría que más allá de todo, y aprovechando que está sesionando la ANPP, hicieran un ajuste al orden del día y dedicaran unas horas a debatir esta pregunta que dejo por aquí con toda intención de que la tengan en cuenta:

¿Por qué si son los representantes de un pueblo diverso, creativo y capaz, votan siempre por unanimidad, callan y admiten las ideas más descabelladas?

Me gustaría escuchar sus opiniones, verlos desplegar su parte humana, inteligente y no robótica.

Pienso que sería productivo, más que los informes de cada ministerio, si total, a estas alturas sabemos bien que no tenemos combustible, corriente, medicinas…por dejar de tener, no tuvimos ni mendigos ( al menos durante 24 horas).

Unos apuntan al bloqueo, otros a la corrupción y al descontrol como la causa mayor de nuestros males. Sin embargo, yo, -sin quitarle peso a estas causas- pienso que nuestro mal mayor está en la mentira y el silencio.

La mentira y el silencio nos ha llevado a dejar de ser tercermundistas para pertenecer al cuarto mundo y a punto estamos de borrarnos del mapa.

Es lo que pienso.

Señores diputados, la palabra tiene poder… úsenla…por Cuba y los cubanos…por todos los cubanos.

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