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UN PREMIO MERECIDO PARA UN GRAN HUMORISTA

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Por Ulises Toirac

La Habana.- Me acabo de enterar de que el Premio Nacional de Humorismo se le confirió este año a Moisés Rodríguez y me ha llenado de una alegría del carajo.

Moisés fue de la gente de «La Seña del Humor» que cuando el Grupo «Onondivepa» (que yo dirigía), empezó, nos tiraron el cabo con un cariño y un respeto como si no fueran ya uno de los más importantes cultores de humor en Cuba.

Era 1987 y el grupo matancero, que ya tenía en su haber un sólido trabajo humorístico musical, estaba integrado por individualidades con una cultura y un talento inquieto que no se limitaba solo a hacer reír. La literatura, la pintura, la ingeniería…. Eran tipos con una cosmovisión envidiable. Sus trabajos dejaban ver eso. Un rigor, una cultura y…. una cubanía raigal y constante.

Recuerdo el primer encuentro de jóvenes humoristas de la AHS que se celebró en la sede de esa asociación en la Habana Vieja. Como era de esperar, toda aquella jeputancia junta, era arrolladora. Era difícil que un chiste no antecediera a otro. Sin embargo, (y a pesar) las discusiones se abordaban con una mirada a mediano y largo plazo y con una responsabilidad encomiables.

Y por si eso fuera poco (y como demostración de la calidad de los artistas que en aquellos años abrazaron hacer humorismo) algún advenedizo se atrevió a ensalzar a Rubén Darío como iniciador del modernismo y aquello se calentó.

Moisés siempre ha cuidado su aureola de loco. Y quizás tenga de eso, pero es ante todo uno de los locos más cultos y simpáticos que he conocido en mi p**ta vida, se irguió con la celeridad de la picada de una avispa levantando quijotescamente el índice de su mano derecha mientras con la izquierda acariciaba un chorongo de su pelambre disidente:

—¡Blasfemia! ¡Mucho antes que Rubén Darío nuestro poeta nacional fundó para Cuba y el mundo, las claves por las que el modernismo irrumpió en la literatura hispanoamericana!

Y a continuación, Moisés el loco, Moisés el profesor, Moisés el literato, Moisés el investigador, Moisés el tipo más dispara’o de esa banda de orates que era «La Seña del Humor» habló durante un buen rato de momentos específicos, de fechas concluyentes, de obras documentadas, que demostraban fehacientemente que esa (que constituye aún bronca entre literatos) parte de la historia literaria aún no estaba definitivamente bien escrita.

Larga vida y mi más caluroso abrazo al Premio Nacional de Humorismo 2025, Moisés Rodríguez.

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