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Por Jorge Menéndez ()
Madrid.- En Madrid se habla cada vez más del final de la etapa de Carlo Ancelotti. Apoyo esa idea, por dos motivos fundamentales. Uno de ellos es que en el fútbol actual es necesario evolucionar conceptos. El juego del equipo blanco no se adapta a los nuevos patrones táctico-defensivos ni a la cantidad de partidos que se juegan actualmente.
También creo que los triunfos de Ancelotti merecen todo el reconocimiento en la historia del Real Madrid. No pueden ser emborronados bajo ningún concepto por un mal año. Eso es patrimonio del club y hay que preservarlo como sea.
Lo sucedido este año está justificado, en parte, por la plaga de lesiones serias de jugadores clave. También por la malísima planificación hecha por la dirección deportiva, que se empeñó en ganarlo todo sin hacer ningún fichaje.
En esto último cuenta la anuencia de Carletto con la directiva del club. Solo alguien como él daría el visto bueno a jugar con una zaga casi inédita por las lesiones de sus dos mejores piezas: Dani Carvajal y Éder Militao.
Mientras veía el partido de anoche ante el Athletic Club de Bilbao me di cuenta de que el juego era un fiel ejemplo de lo que enseña Madrid. Control de balón, gran aporte ofensivo, mucho adorno de jugadas lindas delante de la portería y cero goles, hasta el descuento.
Cierto es que estuvo mejor que con el Arsenal, pero el Athletic Club no es el equipo londinense.
El fútbol actual es directo, con pocos toques en busca del área contraria y después el disparo al arco. Los de Ancelotti quizás hagan 10 o 15 toques y después no tiran, o tiran mal. Eso da tiempo de sobra a la defensa contraria a posicionarse.
Basta decir que la media goleadora del Madrid en los últimos siete partidos no sobrepasa un tanto. Esto es inaceptable para el equipo con los mejores delanteros del mundo.
Por otra parte, la preparación física del equipo está patas arribas. Se ven lesiones de todo tipo y cansancio de jugadores que no presionan y que van arrastrándose por el campo.
Todo eso porque Anchelotti, que tiene una plantilla de 24 jugadores, utiliza solo a 13 o 14. Los otros, a pesar de su calidad, son reliquias de banquillo.
El italiano no da tampoco ningún chance a la cantera. Solo los milagros ante las lesiones lo obligaron a buscar a Raúl Asencio, quizás el gran descubrimiento de este año.
Mirando nombres, está clarísimo que la renovación promovida por Florentino Pérez estos años está atascada. Los jóvenes jugadores están obstaculizados por los frenos de la guardia pretoriana de Anchelotti. Los defensores como Mendy, Alaba, Vinícius, Rodrigo y compañía, juegan siempre a menos que estén lesionados y aunque no rindan.
Lo más probable es que el Real Madrid este año no gane nada, sobre todo si juegan como lo hicieron ante el Arsenal.
Ante el juego del Barcelona, no creo que el Madrid tenga el más mínimo chance, y ni siquiera me imagino partidos cerrados.
El Real Madrid tiene que despedir a Ancelotti con honores e ir a por Jurgen Klopp o Xavi Alonso. Yo iría por el alemán, por su experiencia y su fútbol moderno, además de ser un entrenador contrastado.
Al mismo tiempo, deben irse varios jugadores, entre ellos Modric -otro histórico con sus 40 años-, Lucas Vázquez, Frank García y Mendy.
Habrá que buscar un lateral izquierdo, otro derecho, dos centrocampistas creadores y con pase y quizás algún defensa. Aunque se vale la pena experimentar con la cantera también.
Si el Real Madrid recompone los puestos que no tienen nivel Real Madrid y trae a un entrenador que obligue a presionar, a correr, defender y a tirar a portería en dos o tres toques, entonces veremos de lo que es capaz este equipo. Hay que apostar por todos los jugadores, absolutamente.
Si conseguimos eso, habrá Liga con el Barcelona, pues el Atlético de Madrid, con Simeone, sigue como cada año: sin jugar a nada.