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El 27 de agosto de 1576, Tiziano Vecellio murió de la peste en Venecia a la edad aproximada de 88 años. Más conocido en el mundo simplemente como Tiziano, dejó atrás cientos de pinturas, incluyendo algunas de las obras maestras más admiradas de la historia.
El don de Tiziano se hizo evidente a sus padres desde muy temprana edad. A los 10 años aproximadamente (se desconoce su fecha exacta de nacimiento), lo enviaron desde su aldea, en las estribaciones de los Dolomitas, a Venecia. Esto fue a unos 70 kilómetros de distancia, para que se entrenara como artista.
Encontrando el éxito muy pronto en su carrera, Tiziano se concentró inicialmente en temas religiosos. Pero, a lo largo de su larga vida laboral amplió su rango para incluir el retrato, así como escenas históricas, clásicas y mitológicas. En 1530 conoció y pintó un retrato de cuerpo entero y tamaño natural del Sacro Emperador Romano Carlos V (desde entonces perdido). Pronto se convirtió en el pintor más solicitado en todas las cortes de Europa. Su fama nunca se desvaneció. Tiziano continuó pintando e innovando hasta bien entrada su octava década de vida.
Acá les dejo un autorretrato, pintado por Tiziano alrededor de 1546, cuando tenía aproximadamente 57 años. Hoy cuelga en la Gemäldegalerie, un museo en Berlín.
El cuadro de portada tiene una historia muy interesante. Titulado «El descanso en la huida a Egipto», fue pintado muy al comienzo de la carrera de Tiziano, probablemente cuando tenía 19 o 20 años.
A lo largo de los siglos pasó por numerosas manos (incluyendo las de Napoleón), antes de ser adquirido por el Marqués de Bath en 1878. Este lo colgó en Longleat House, la residencia del Marqués en Wiltshire. El pequeño panel de madera (de aproximadamente 45 por 63 centímetros) saltó a las noticias en 1995 cuando fue robado. Volvió a aparecer en las noticias siete años después cuando se descubrió en una bolsa de plástico en una parada de autobús de Londres.
Regresó a Longleat y permaneció allí hasta el mes pasado. Entonces se vendió en una subasta privada por 22,3 millones de dólares, el precio más alto jamás pagado por una pintura de Tiziano.