Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Un falta de respeto al periodismo

Comparte esta noticia

Por Yesion Derulo

La Habana.- Lo que sucedió entre la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) y la Red Internacional de Periodistas y Escritores Latinos de Turismo podría parecer, a simple vista, un encuentro de cooperación, un intercambio profesional entre colegas. Pero no. Es otra función más del circo oficial, otra fotografía de sonrisas fingidas en un país donde el periodismo libre sigue siendo un delito y el turismo, un espejismo que se vende como pan caliente a los ingenuos.

Ricardo Ronquillo, presidente de la Upec, recibió al uruguayo Julio César Debali y a un grupo de periodistas cubanos que, en teoría, “difunden el sector de los viajes”. Lo que no dicen los comunicados oficiales es que en Cuba ningún periodista puede difundir nada sin el visto bueno del Partido Comunista. Hablar de “intercambio profesional” en un país donde no hay libertad de prensa es una burla descarada al oficio, un insulto a los que de verdad ejercen el periodismo sin consignas ni mordazas.

Dicen que el objetivo es crear el Capítulo Cubano de la Red, fomentar encuentros, abrir espacios, desarrollar estudios, proponer iniciativas. Todo muy bonito sobre el papel. Pero detrás de ese discurso de integración se esconde lo mismo de siempre: propaganda maquillada de cooperación. Los periodistas extranjeros vienen, se toman la foto, repiten los eslóganes que les dictan, y se van convencidos de haber estrechado “lazos culturales” con la isla más censurada del continente.

Todo es una farsa diplomática

La Red Internacional de Periodistas y Escritores Latinos de Turismo, fundada en 1984, puede tener las mejores intenciones del mundo, pero asociarse con la Upec es como pedirle al lobo que cuide la oveja. En Cuba no hay libertad para escribir sobre la miseria de los hoteles vacíos, ni sobre el olor a cloaca en Varadero, ni sobre los guías turísticos que se prostituyen para sobrevivir. Todo se pinta de color pastel, mientras el país se desangra y los periodistas independientes terminan presos o exiliados.

Hablar de “mayor intercambio profesional” entre censores y censurados es una falta de respeto a la profesión. Los verdaderos periodistas cubanos —los que escriben desde la clandestinidad, desde el exilio o desde el miedo— no fueron invitados a esa reunión. No aparecen en la foto. No existen para el régimen. Pero son ellos, no la Upec, quienes mantienen viva la dignidad del periodismo cubano. Lo demás es una farsa diplomática, otra página del manual de hipocresías con el que el poder intenta disimular su podredumbre.

Deja un comentario