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Trump extiende tregua arancelaria con China

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Nueva York.- Donald Trump extendió la tregua arancelaria con China por 90 días más. Este movimiento busca estabilizar las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo.

La extensión disipa los temores de una posible nueva guerra comercial. Además, da a ambos países más tiempo para abordar asuntos pendientes, desde el tráfico de fentanilo hasta las actividades de empresas estadounidenses en el país.

El cambio hacia Pekín —según la CNBC, el magnate ha firmado una orden ejecutiva para la extensión— coincide con otro aspecto importante de la política comercial: no se impondrán aranceles al oro importado a EE. UU.

Estas palabras tranquilizan a los mercados financieros, donde el precio del metal precioso está reduciendo sus pérdidas.

Trump mantuvo en secreto su postura sobre la extensión hasta el final.

«China está preocupada por la escasez de soja. Espero que cuadripliquen rápidamente los pedidos», escribió en las redes. Hizo este comentario antes de anunciar la extensión, aumentando así la presión sobre Pekín.

La guerra comercial con China está entrelazada con las presiones a Rusia por el fin del conflicto en Ucrania. China, al igual que India, compra petróleo ruso. Trump quiere tomar medidas drásticas.

China no es la India

Para enviar un mensaje claro, la Casa Blanca ha impuesto aranceles del 25% a Nueva Delhi por sus compras de petróleo ruso. No se descarta que pueda hacer lo mismo con Pekín.

«Lo estamos evaluando. El caso de China es más complejo que el de India», admitió el vicepresidente J.D. Vance.

La tregua con Pekín incluye cierta flexibilización de las restricciones a la exportación de tierras raras y algunas tecnologías. Este es precisamente el frente donde la batalla entre las dos superpotencias económicas es especialmente feroz. El conflicto gira en torno a la inteligencia artificial y los chips necesarios para su funcionamiento.

Estos semiconductores son producidos principalmente en Estados Unidos por Nvidia y AMD, con quienes Trump logró un acuerdo inusual.

El gobierno les ha otorgado licencias para exportar algunos de sus semiconductores de IA a China. Sin embargo, según el acuerdo, ambas compañías deberán pagar al gobierno estadounidense el 15% de los ingresos chinos generados por la venta de los chips H20 y MI308.

«Me hubiera gustado el 20%», declaró Trump. Describió sus negociaciones con el director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, y calificó el semiconductor H20 de «obsoleto» en comparación con los disponibles en Estados Unidos.

«Creo que Huang también vendrá a verme para hablar sobre Blackwell», uno de los nuevos chips de Nvidia, afirmó Trump. Esto abre la posibilidad de un acuerdo también en este caso.

Europa también aguarda con incertidumbre

No obstante, los semiconductores Blackwell serán menos potentes que los que se venden en Estados Unidos, añadió.

China no es el único país que espera la orientación de Trump. Europa aún aguarda la aprobación de Washington de la declaración conjunta sobre el Pacto Turnberry, firmado el 27 de julio entre Ursula von der Leyen y el magnate.

La UE se centra en obtener el resultado más positivo posible de las conversaciones con Estados Unidos.

«Hace unas semanas, nos enfrentábamos a un arancel del 30%. Logramos reducirlo a un máximo del 15% (incluyendo compromisos claros de Estados Unidos sobre automóviles, productos farmacéuticos y semiconductores). El trabajo continúa», escribió el portavoz comercial de la Comisión Europea, Olof Gill.

Brasil también se encuentra en una situación incierta tras la cancelación de su reunión prevista con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sin que se haya fijado una nueva fecha.

Esta cancelación supone un duro golpe para Brasilia. Sus relaciones con Washington se han deteriorado rápidamente desde que Trump impuso aranceles del 50% en las últimas semanas. Esto es parte de una campaña de presión para convencer al Tribunal Supremo brasileño de que retire los cargos contra el expresidente Jair Bolsonaro. (ANSA)

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