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Ter Stegen a expensas de LaLiga

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Por Yoyo Malagón ()

Madrid.- Ter Stegen ya no es dueño de su propio cuerpo. O al menos no del todo. El capitán del Barcelona fue operado este martes en Burdeos, por el bisturí de la doctora Amélie Léglise, pero su recuperación no dependerá solo de los caprichos de su columna vertebral, sino de un ente mucho más impredecible: LaLiga.

El parte médico del club fue tan vago como un político en campaña: «Es baja y su evolución marcará su disponibilidad». Es decir, nada. Como si dijeran que lloverá, pero no cuándo, ni dónde, ni cómo de fuerte. El meta alemán, acostumbrado a detener balones imposibles, ahora se enfrenta a un rival más esquivo: la burocracia.

El Barcelona sabe que este asunto huele a oportunidad. Si LaLiga determina que la baja es de larga duración —algunos médicos hablan de cuatro meses—, el club podría inscribir a un tercer refuerzo. El año pasado ya jugaron esta carta con Christensen y Dani Olmo.

Sin embargo, aquí hay un problema: Ter Stegen no quiere que lo den por muerto. Él cree que su recuperación será más rápida, que volverá antes de lo previsto, que su espalda no es un contrato de Xavi que se rompe a la primera de cambio. El club, en cambio, prefiere no poner fechas. Como cuando te dicen «hablamos mañana» y sabes que ese mañana nunca llegará.

LaLiga y los informes médicos

LaLiga tiene ahora en sus manos un dilema que parece sacado de un episodio de House. Decidirán, con informes médicos en mano, si el alemán está tan roto como un juguete de Ikea o si solo necesita un poco de pegamento. Pero hay algo más turbio: las partes no se ponen de acuerdo.

Ter Stegen, que el lunes 14 ya faltó a los entrenamientos, ha escuchado a varios especialistas antes de decidir operarse. No es la primera vez que pasa por esto —en 2023 ya le hicieron la misma jugada a la lumbar—, pero ahora la partida se juega en otro tablero. Uno donde las normas las pone Javier Tebas.

Mientras, el Barcelona respira. Si Ter Stegen se queda en el dique seco mucho tiempo, podrían fichar a otro jugador sin que les explote el fair play financiero. Pero el meta no quiere ser el sacrificado, el que abre la puerta a un nuevo refuerzo. Él, que ha sido el muro de un equipo que a veces parecía hecho de papel, ahora se siente como esos héroes de película a los que nadie avisa cuando el plan cambia.

El club emitió un comunicado frío, técnico, casi como si estuvieran hablando de la reparación de una lavadora. Nada de «ánimo, capitán», nada de «volverás más fuerte». Solo un «su evolución marcará su disponibilidad». Que es como decir: «Ya veremos».

Otros decidirán por él

Ter Stegen no es un hombre problemático, pero esta vez la cosa pica. Sabe que su cuerpo es suyo, pero también sabe que, en el fútbol moderno, hasta una vértebra puede ser moneda de cambio. Si LaLiga dictamina que su lesión es larga, el Barcelona respirará aliviado. De lo contrario, tendrán que seguir jugando con las cartas marcadas. Y él, mientras, seguirá en ese limbo donde los jugadores dejan de ser personas para convertirse en informes médicos, en cláusulas, en números.

Al final, todo se reduce a una pregunta: ¿Quién manda aquí? ¿Los médicos? ¿El club? ¿LaLiga? Ter Stegen, por primera vez en mucho tiempo, no tiene la respuesta. Solo sabe que, mientras él se recupera en Burdeos, otros decidirán cuándo y cómo vuelve. Y eso, para un tipo acostumbrado a controlarlo todo, debe de doler más que la propia operación.

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