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RESULTA QUE YA NO BAJARÁN LOS PRECIOS EN EEUU DESDE EL PRIMER DÍA

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Por Mauricio de Miranda ()

Cali.- El presidente Trump reconoce que al subir los aranceles «subirán un poquito los precios, pero solo al principio, después bajarán». Ahora dice que las medidas «al principio serán dolorosas».

Me parece estar viendo ahora en la primera potencia del mundo lo que he visto tantas veces en mi sufrido país: la forma en la que se manipula a la opinión pública, sobre todo a quienes han decidido ponerse una venda en los ojos y de paso tapones en los oídos.

Ahora bien, en la historia económica JAMÁS una guerra comercial fue buena para algún lado. Siempre se han afectado ambos y de paso, la economía mundial. Durante la Gran Depresión las políticas proteccionistas dirigidas a «empobrecer al vecino» profundizaron la crisis. El arancel Smooth-Hawley fue responsable de una estampida arancelaria que profundizó la crisis. En aquellos años no existían los niveles actuales de internacionalización de los procesos productivos que, por cierto, son resultado de las lógicas del capitalismo. Que quede bien claro esto.

En cambio, durante la crisis de 2008-2009, que se produjo, entre otras razones, por las políticas de desregulación adoptadas en los gobiernos de Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo, los gobiernos del G-20 decidieron expresamente no levantar barreras proteccionistas. La cooperación en política económica prevaleció sobre las politicas de empobrecimiento del vecino. Y la crisis fue superada en poco tiempo.

Si la actual administración estadounidense desata una guerra arancelaria que, sin dudas, será respondida por los socios comerciales, en el mejor de los casos se ralentizará el crecimiento económico; en el peor, se desatará una recesión. Y, por supuesto, los precios crecerán. Y no, no bajarán después.

Estados Unidos se ha desindustrializado porque los grandes capitalistas, aprovechando la mayor flexibilidad de las tecnologías contemporáneas que facilita la relocalización de los procesos productivos, buscan que al menos una parte o todos los procesos productivos se realicen en países con menores tasas salariales. Esa lógica de maximización de beneficios fue aprovechada por China para que esos capitales abandonaran los países desarrollados y se instalaran allá. Pero antes había ocurrido en Corea del Sur, Taiwán y otros países asiáticos.

Para que esos capitalistas vuelvan a fabricar allá harían falta aranceles tan altos que resulten prohibitivos y dadas las diferencias tan grandes entre los salarios, es poco probable que unos aranceles del 25% lo logren. Por eso, lo único que producirán es un incremento de los precios.

Estados Unidos tiene déficits comerciales desde 1976 y esto es precisamente el resultado del redespliegue industrial que comenzó en los años sesenta. Este es un problema estructural. Los aranceles sirvieron históricamente para proteger las industrias nacientes por un tiempo. Las motivaciones de producir en China, Vietnam, India o Indonesia tienen que ver claramente con los costos laborales y la mayor flexibilidad de las politicas ambientales. En los últimos tiempos, por ejemplo, China está perdiendo competitividad salarial frente a varios de sus vecinos. Por las dudas, pregúntenle a Elon Musk.

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