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Por Manuel Viera ()

La Habana.- Nunca he dado mi opinión respecto al delicado delicado tema de los médicos pero lo haré esta vez.

Circulan por las redes muchas imágenes, como la que encabeza este texto. En ellas sugieren preguntarle a los pueblos sobre el servicio y la colaboración médica en el exterior.

Yo soy de los que vive convencido de que no es solo a los pueblos a quienes hay que preguntar. También es importante preguntar a los propios médicos. Esos que a diario uno se encuentra en la calle o en una consulta manifestando su descontento con su salario. O con la vida que llevan más allá de todo sacrificio.

Porque un médico no es un monje que decidió sacrificar su vida por más principios que metan en sus cabezas. Detrás de cada uno de ellos hay un ser humano con iguales carencias y necesidades. Un ser humano con familia y con los mismos problemas personales que cualquiera de nosotros.

Respecto a la colaboración y los servicios médicos en el exterior, el problema nunca han sido los médicos, su calidad y su humanismo son incuestionables. El problema radica en que otro cobre lo que él trabaja mientras le tira una ínfima parte como salario.

No puede pasar que un médico pase 2 o 3 años trabajando en el exterior. A veces pasan hambre y necesidades por ahorrar. Una vez que llega a Cuba, compra tres cazuelas y dos cortinas y se le acaba el dinero. Mientras alguien se embolsa 1000 dólares o más cada mes por su trabajo.

El médico es quien trabaja

Quien trabaja es el médico, no la empresa empleadora o el estado. El contrato tendría que ser personal. ¿Quieren exportar? Pues exporten níquel, plátanos, azúcar, café, ron, tabaco etc., etc… Pero no se apropien del fruto del trabajo de quien, con mucho sacrificio, se aleja de su casa y de su familia para ganarse la vida.

Veo muy bien que los médicos cubanos trabajen por el mundo. Son excelentes profesionales, sobre todo cuando cuentan con recursos para hacerlo. Pero deben ser remunerados por lo que hacen. Que tengan los miles de dólares ganados en una cuenta de banco. Y puedan tener lo que yo no tengo.

Que puedan comprarse un auto, una casa, llenar su nevera nueva. No quisiera tener que verlos a los 10 días de regresar pasando hambre, sin un techo digno. Y colgados de la puerta de una guagua para llegar a su consulta, como quien no ha trabajado.

Llueven siempre los mismos argumentos comunistas, los que justifican el despojo en «conquistas» cada día más diluidas. Aquellos que justifican el hambre y necesidades en la «gratuidad» de los estudios. Incluso los que hablan de que nuestros médicos no necesitan más dinero. Dicen que el dinero que reciben es suficiente porque están formados por principios que más ningún otro profesional posee.

Tendrían que formatearse quienes piensan así para entender que los principios, que son importantes, no son lo que hacen a un médico, a un ingeniero o a un maestro. Por eso estamos llenos de profesionales que dan unos discursos muy bonitos. Pero no saben poner ni un tornillo.

La economía habla por sí sola. Sobran los cuadros en Cuba mientras falta profesionalismo de verdad, del que aporta.

¿Y por qué será que todo comunista cae en eso de… ¿Cuánto pagaron para formarse?

Aunque en la mayoría del mundo se pagan las carreras, hay profesionales en cada rincón del planeta. Las facilidades de pago son enormes para acceder a los estudios. Quienes lo ganan con resultados tienen derecho a hacerlo con becas pagadas por gobiernos o por privados. De hecho, esas carreras se pagan en su mayoría con planes de pago. Estos planes consideran tu salario una vez graduado. O con planes de ahorros a los que acceden tus padres casi desde que naces.

Con todas las ‘misiones’ pasa lo mismo

Este fenómeno que viven los médicos se repiten en la mayoría de las misiones cubanas en el exterior. No es exclusivo de la salud.

Personalmente elaboré contratos de la misión de la agricultura en Venezuela y ocurría exactamente igual.

Es contradictorio que un político, que fundamenta sus ideas en la no explotación del hombre por el hombre, lleve seres humanos al mundo para cobrar por sus servicios. Además, se apropian de la inmensa mayoría de su salario.

Eso es explotación, lo mismo en el pensamiento de George Washington que en el de Karl Marx.

Es muy jodido vivir en Cuba, haber estudiado en Cuba, y haber trabajado por años en Cuba. A cada rato te repiten que estudiaste gratis y que debes todo lo que eres a la revolución.

Nuestros profesionales pagan con su sacrificio y el de sus padres por todo ello. Nuestros padres trabajaron casi gratis toda su vida y murieron entre escasez y miseria.

Con eso hubiese bastado para pagar nuestros estudios. Esos médicos se ganaron su carrera con resultados y la aprobaron con neuronas propias, no con las de Lenin o Fidel.

Luego pasan toda la vida trabajando casi gratis como consecuencia de la gratuidad. Como consecuencia de una gratuidad de calidad cuestionable, también justifican desde el poder político todo el hambre, las carencias y las deformaciones sociales que padecemos.

En lo personal considero que pagar nos saldría mucho más barato. Pero, claro que tendrían que formatearse para entenderlo.

Repito que lo más importante para mí no sería preguntar a los pueblos o a sus gobiernos. Lo más importante siempre será preguntar a los médicos.

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