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OTRO CUBALIBRE, QUE PERDIÓ EL BARCELONA

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Por Yoyo Malagón ()

Madrid.- Tres veces me ha llamado el jefe para preguntarme por la crónica sobre la eliminación del Barcelona en la Champions ante el Inter. Dos veces me llamó por whatsApp y la última directo, sin importarle que de Texas a Madrid, a esta hora, es caro.

Todas las veces le pedí tiempo. Tiempo para tomarme el quinto Cubalibre de la noche y tiempo para hacer algunas cuentas, entre ellas para buscar porqué algunos dicen que fue injusta la derrota del equipo culé.

Vi el partido en un bar, con unos amigos, madridistas todos o al menos no culés, pero cuando iba llegando a casa, el vecino de los bajos me dijo que había sido una injusticia, y solo atiné a hacerle un gesto con ojos, boca y manos, que lo dejó aturdido.

Si hubo injusticia, el Inter tuvo que haberle robado algo a los de Hansi Flick. pero, si la memoria no me falla -que no creo-, en más de 220 minutos de eliminatoria, el equipo catalán solo estuvo delante seis minutos.

¿Injusticia?

El tiempo que duró entre el 3-2 que puso Raphinha y el empate de Acerbi. ¿Entonces? No veo el robo por parte alguna. Como tampoco veo la supremacía azulgrana en una serie en la que encajó siete goles. ¿Algún equipo se cree con opciones de ganar una eliminatoria cuando recoge siete pelotas de las redes?

Lo de los árbitros es normal. Eso lo entiendo. Habrá mucho llanto, lamentos desproporcionados, vestidos rasgados, infartos en todo el mundo culé, que no es pequeño. Y hasta aquellos que llenaron sus perfiles en redes, desde La Habana hasta Bangkok, ahora hacen mutis.

Michel Contreras, por ejemplo, tendrá tiempo para soltar bilis y para imaginar complots de Florentino Pérez para evitar que su Barcelona gane. Total, si él era más blanco que nadie y de pronto, tras un viaje a Cataluña, regresó culé… como si le hubieran inoculado una poción mágica, cualquiera saber por dónde.

Lo cierto es, aunque le duela a mi jefe, que el triplete se escapó. Y también se esfumó la posibilidad de asistir al Mundial de Clubes, al que no fue invitado el culé, por una ‘injusticia’ de la FIFA. Y no se quedó fuera por caer ante el Inter, sino porque no hizo méritos en los últimos cinco años.

Siguen con cinco Champions

¿Y qué gana el Madrid con eso?, me preguntó el jefe mientras me apuraba con mis 600 palabras pactadas para cada jornada de fútbol en España o Europa. Y claro que no gana nada, pero al menos podemos decir que pasarán otros 13 meses con 10 Champions por detrás.

No es poca cosa, me dijo mientras miraba con envidia mientras me preparaba otro Cubalibre, este solo con hielo, cola y un doble de Bacardí, del destilado en Puerto Rico.

Hoy me toca dormir tranquilo. Me iré a la cama feliz. y no porque el Real Madrid haya ganado algo, sino porque la fanaticada rival no podrá restregarme el más importante de los títulos. ¿No es poca cosa, verdad?

Por cierto, insisto, no me hablen de árbitros. No me mencionen al VAR. No me hagan recordarles a Negreira, o a Tom Obrevo, aquel colegiado que le regaló un partido contra el Chelsea, que le permitió, después, jugar final y ganar una Champions.

O a Denis Aytekin, el de la remontada ‘heroica’ ante el PSG. ¿Lo recuerdan, verdad?

¡Vamossss! Propongo irnos tranquilos a la cama, rumiar en paz el dolor, y despertar mañana sedados. Lo mismo en el Cerro, Mulgoba o Bangkok. De lo contrario, tendré que cerrar el puño, sacar un dedo, y decirles ¡A mamar!.

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