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ME VOY A TATUAR A TRUMP EN EL PECHO

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Por Jorge Sotero ()

La Habana.- No hay nación que sepa más de política en el mundo que la cubana. Los cubanos, de un lado, u otro, del estrecho de la Florida, o en cualquier lugar que estemos en este mundo, nos creemos analistas en temas internacionales, al extremo de criticar lo que puedan hacer los políticos decidores, aunque sobre el tema Cuba la mayoría hace mutis.

En los últimos días, la comidilla de los corrillos en redes sociales ha sido la posición de Trump con respecto a la crisis en Ucrania y, sobre todo, lo que ocurrió entre Vladímir Zelenski, en la Oficina Oval, y su encuentro con la cúpula republicana, que terminó por mandarlo de retorno a su país, con una oficina lista para firmar una cuerdo y unos manjares esperando por los comensales.

Nunca antes, al menos que yo recuerde, un mandatario estadounidense hizo pública un diálogo de este tipo, y Trump solo aceptó, según Marco Rubio, porque el mandatario presidente lo pidió.

Esto tiene varias lecturas, y yo quiero dar mi opinión, porque si otros la dan, porqué no las puedo dar yo. Por cierto, creo que lo de Zelenski fue un teatro montado por él. El líder ucraniano sabía que no iba a salir bien parado en su visita a Washington y garantizó que estuviera la televisión para que, al menos, quedará constancia de que le puso cara y le gesticuló a Trump y a Vance.

Para mí fue un teatro, como mismo están haciendo los líderes europeos, que acaban de reunirse en Londres para garantizarle apoyo a Ucrania y mandarle recaditos al mandatario estadounidense, pero al final harán lo que diga el inquilino de la Casa Blanca. Trump solo tendrá que llamar personalmente a cada uno de ellos.

¿O es que acaso no nos damos cuenta de que Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, ya comenzó a recoger cordel, y que los mandatarios de los países bálticos, otrora repúblicas soviéticas, están en las mismas? No por gusto fueron 15 jefes de Estado o de Gobierno a la cumbre en Londres, cuando debieron ser 32 los asistentes.

La posición de Trump es la suya. Todos sabemos que el presidente ha ganado con comodidad una elección y hará lo que le perezca mejor, entre esas cosas negociar con el mandatario ruso, del cual se fía, porque ya le dijo a Ucrania que basta con las palabras del jefe de Estado ruso para que tenga Kiev garantías de paz.

¿Hace bien Trump? No lo sé. Pero de algo estoy seguro: sabe que el conflicto en Ucrania puede internacionalizarse y convertirse en la Tercera Guerra Mundial y él trata de evitarlo por todos los medios. Y él sabe también, lo mismo que sabe Zelenski, que Ucrania no tiene las mejores cartas en la mano para sentarse a negociar y que tendrá que ceder territorios a cambio de una paz que pueda ser duradera.

En Occidente se cansaron de acusar a Moscú de violar los llamados Acuerdos de Minsk, pero los rusos dicen lo mismo. Y habría que entrar a analizar quién violó más acuerdos, si la parte ucraniana o la rusa. No podemos hablar sin saber y muchos de nosotros, que nos creemos más listos y más estudiados que nadie, hablamos de este tema y de pacto no conocemos ni lo que se discutió en el Zanjón.

Por otra parte, la política doméstica de Estados Unidos se ha convertido de pronto en parte de la agenda de los cubanos en las redes y en la calle. De vez en cuando, algún vecino me llama para hablar de esto o aquello, sin saber que de Estados Unidos me interesa el béisbol de Grandes Ligas, el torneo de la NBA y los partidos del Inter de Miami, porque soy fan de Lionel Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets y Jordi Alba.

Allí, a mí no se me ha perdido nada. Seguí las elecciones, quise que ganara Trump, y ni le critico ni lo respaldo en esas posiciones que toma respecto a México, Canadá, Panamá, Groenlandia, Venezuela, Ucrania o Rusia.

Cierto que el mandatario es un poco hablador, pero todos sabemos que ese es su estilo, como también tenemos claro que no es amigo de las guerras, como demostró en su primer mandato y recalcó en su campaña electoral. Prometió que acabaría con la guerra en Ucrania y va en camino, aunque para eso tengo que cambiar a Zelenski, porque ya no le inspira ninguna confianza, como acaba de decir el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, quien puso en duda este lunes la capacidad del presidente ucraniano para negociar la paz en Ucrania después del enfrentamiento que tuvo con Donald Trump y advirtió que el tiempo ‘no está de su lado’.

Yo respaldo a Trump. Creo que sabe lo que hace. Lo respaldo luego de haberlo seguido durante muchos meses y de haberme leído información referente a la guerra en Ucrania de ambas partes, y no solo la mutilada que llega desde ciertos medios y algunas agencias, abiertamente pro Biden, pro Ucrania y claramente anti Trump.

A Trump, para que quede claro, solo le pido una cosa: que termine con el castrismo en Cuba. Si lo consigue, seré trumpista para toda la vida, y como muestra me lo tatuaré en el pecho. Y ya no tendré que perdonarle nada, porque en cuestiones políticas será mi luz.

Ya sé que mis palabras no le gustarán a algunos, pero me da igual, porque tampoco me gustan las de ellos, y acá estoy sin chistar. Si es cuestión de hablar de política, y de Trump, tenemos que aprender a respetar y no hacernos los más democráticos del mundo ni intentar sentar cátedra con títulos en universidades o doctorados.

(Por cierto, Trump tendrá los famosos metales raros porque le sale de sus mandarinas, y Ucrania estará pagándole a Estados Unidos por los años de los años. Ese será el legado que le dejará Zelenski a su país, además de miles de jóvenes muertos, muchos de ellos obligados a ir a la guerra en reclutamientos forzados).

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