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Por Yoelbis Albelo ()

Matanzas.- Los prolongados apagones de hasta 30 horas y las temperaturas sofocantes han llevado a los residentes de un antiguo central azucarero de Matanzas a denunciar lo que califican como «genocidio» energético. Cuestionan por qué sufren estas carencias pese a albergar la termoeléctrica más grande de Cuba.

«Lo que estamos viviendo es un genocidio», declaró en sus redes sociales Belice Blanco Garcés, una matancera que rompió su habitual silencio para denunciar las condiciones extremas que padecen. «Si Matanzas tiene la termoeléctrica más grande del país, ¿por qué tenemos que vivir estos apagones abusivos mientras La Habana y Varadero tienen electricidad?», cuestionó.

La situación se ha vuelto especialmente crítica para los grupos vulnerables. «¿Cómo atender a mi madre anciana enferma en medio de tanta tiniebla? Necesita descansar dignamente, no pasar las noches penando por un poco de aire y agua fría», relató el residente.

El colapso del sistema eléctrico afecta directamente la calidad de vida. «Lo poco que se compra se echa a perder por el calor excesivo. No podemos alimentar sanamente a ancianos y niños», explicó. Esta precariedad ha forzado a muchos jóvenes a emigrar, como el joven que «se fue con los ojos llenos de lágrimas para poder ayudarnos a vivir este infierno».

Aunque tradicionalmente comparte contenido sobre arte y servicio al prójimo, la matancera decidió romper su silencio: «Me niego a ser cómplice de este pesimismo conformista que corroe el alma». Su testimonio refleja el creciente malestar en una provincia que, pese a su importancia energética, sufre uno de los peores servicios eléctricos del país.

Las autoridades cubanas no han respondido a las solicitudes de comentario sobre estas denuncias. Las quejas se suman a las crecientes protestas por los fallos recurrentes en el sistema eléctrico nacional, particularmente graves en el interior del país.

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