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Por José Luis Hernández Castellanos ()
No es primera vez que, con toda la ética y la moral cívica que me caracteriza, hablo de unos de los atributos imprescindibles de la desvergüenza en nuestro país: la indiferencia.
Cuba ha estado «trotando» sobre el lomo de varios desvergonzados que han intentado -por beneficio propio y no del país- dar al mundo una imagen irreal y distópica de la isla. Han hecho de la banalidad un usufructo concreto de la opinión oficial.
Esta vez, quiero referirme a la vil, indigna, desleal, despreciable e ignominiosa opinión de uno de los testaferros políticos de este país. Son de los que más cuidan su puesto de trabajo -de tanto lujo- que la lamentable situación de crisis de un gran pueblo trabajador. Y hablo de la subdirectora general del Departamento de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba Johana Ruth Tablada de la Torre.
Durante su intervención esta semana en el videopodcast Ama Plus, conducido por la periodista oficialista Laura Prada, Johana Ruth Tablada de la Torre atribuyó la crítica internacional sobre la suciedad en Cuba a una “campaña de demonización” contra el país.
«Por eso uno ve la insistencia en demonizar todo… es verdad que hay basura en las calles, pero no somos el país que más basura tiene en el mundo, ni somos la única ciudad que tiene un circuito turístico (…) que está todo el tiempo en función de esas visitas que recibe del mundo entero y tiene zonas a las que no ha llegado todavía esa restauración», enfatizó la funcionaria.
En primer lugar, ¿dónde viven estas personas? ¿Dónde vive este tipo de personas, que no representan al pueblo de Cuba -sino al Estado caudillista- y no son capaces de alarmarse del peligro inmenso de tener montones de basura en estado de putrefacción por toda la ciudad?
¿Cuánto se gasta el MinRex en actos protocolares, en lujos, en casas de visitas, en viajes, en hospedajes, en actividades diplomáticas y personales dentro y fuera de Cuba? ¿Qué diplomático cubano ha levantado la mano en la Asamblea Nacional para criticar, persuadir, discutir, e intentar resolver los problemas de higiene en nuestro país que están fuera del entorno de sus propias viviendas?
Ninguno. ¿Por qué? Porque la falta de higiene en Cuba es uno de los tantos problemas acumulados que ahogan al pueblo trabajador, aquel que soñó Nuestro José Martí, y no es el Embargo estadounidense el único culpable.
Lo que pasa es que para levantar la mano, pedir la palabra en la Asamblea Nacional para criticar el amplio margen de la corrupción en Cuba sería, «de facto», perder absolutamente todas las comodidades. Estas comodidades son ofrecidas por el Estado a cada uno de sus funcionarios para obligarlos a callar.
El día que la Subdirectora general de Estados Unidos del MinRex se atreva a pedir la palabra para criticar a los corruptos que están a su lado -porque los conoce-, hasta ese mismo día deja de ser lo que es.
La Contralora General de la República Gladys Bejerano Portela tuvo esa experiencia, y es sumamente conocida. Fue ella quien alertó que en Cuba había empresas incontrolables, como GAESA, que nadie tiene la autoridad de controlarla; y esto, en cualquier lugar del mundo se llama impunidad.
Entonces, la funcionaria del MinRex Johana Ruth Tablada de la Torre no tiene las suficientes agallas políticas para describir, criticar, o desmantelar un sistema de corrupción que tiene las riendas del poder. Repito, el día que ella, de forma jactanciosa, se atreva a hacerlo, ese día será su fin. Y quedará, como otros, en el ostracismo más profundo.
Pero, además, el Estado cubano no puede acostumbrarse, como lo ha hecho, a intentar resolver los problemas buscando comparaciones. «…no somos el país que mas basura tiene en el mundo», como si la basura nuestra fuera un patrimonio nacional. La basura está llena de heces fecales, cucarachas, ratas, comida descompuesta, tierra, comején, polvo, condones, tablas, orine, etc.
Esta opinión, desde cualquier punto de vista, es una barbaridad. Porque la comparación ni elude el fracaso económico, ni nos exime de la responsabilidad higiénico-sanitaria-ambiental de recoger la basura diariamente.
Por tanto, estos son los dirigentes con que hoy cuenta el país: viles, indiferentes, opobriosos, superficiales, aprovechadores y vulgares funcionarios de un país que a día se cae a pedazos… Aunque sus casas hermosas, impolutas e inmaculadas no están en el circuito barrial donde están los desastres urbanísticos y sociales. Allí la basura está contaminada y crea problemas sanitarios a diario.
No importa compararnos con otros países; lo que importa es que, en el país entero, la basura es un oasis depauperado. Esto le da rostro a un gobierno con semejantes características. Y eso, la señora Johana Ruth Tablada de la Torre no tiene las agallas políticas para denunciarlo ante la Asamblea Nacional. Porque, repito una vez más, el día que se atreva a hacerlo la veré barriendo el piso en una empresa cerrada por reparación.