Por Edi Libedinsky ()
Buenos Aires.- Los restos conservados de Pompeya, una antigua ciudad romana situada en Campania, Italia, aproximadamente a 22 kilómetros al sureste de Nápoles y en la base del monte Vesubio, cuentan una historia extraordinaria.
El 24 de agosto del año 79 d. C., una erupción masiva del monte Vesubio cubrió Pompeya de escombros volcánicos, seguida de gases abrasadores al día siguiente. Esta catástrofe provocó la destrucción de edificios, la trágica pérdida de población y el entierro de la ciudad bajo capas de ceniza y piedra pómez.
Durante siglos, Pompeya permaneció oculta bajo esta ceniza, preservando sus secretos. Cuando finalmente comenzaron las excavaciones en el siglo XVIII, el mundo quedó asombrado por la revelación de una sofisticada ciudad grecorromana congelada en el tiempo. Entre los descubrimientos se encontraban grandes estructuras públicas como un foro notable y un anfiteatro.
También se descubrieron lujosas villas y varias casas que datan del siglo IV a. C. En el interior de estas estructuras se encontraron algunos individuos que se habían salvado de la erupción y otros que estaban en plena huida. Curiosamente, se desenterraron panaderías con panes todavía en sus hornos.
Estos edificios y sus contenidos permitieron vislumbrar cómo era la vida cotidiana en el mundo antiguo y despertaron una fascinación por la historia clásica durante el siglo XVIII.
Post Views: 111