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Por Carlos Carballido. Especial para El Vigía de Cuba
La frase «organicemos a nuestra oposición antes de que ella se organice» se atribuye comúnmente a Felix Dzerzhinsky, creador de la Cheka soviética, aunque no existe una fuente verificable que confirme que realmente la haya dicho.
Al parecer, la frase fue dicha por Lenin en una de sus reuniones secretas en ese órgano represivo, a sugerencias del propio Dzerzhinsky, donde finalmente se dice que comenzó a fraguarse la Operación Trust, que permitió al joven gobierno bolchevique ubicar y determinar los sectores desafectos de la población y evitar otra nueva revolución pero de la oposición interna.
Sin embargo, esta frase refleja la mentalidad y la estrategia de un personaje tan siniestro en cuanto a la necesidad de controlar y neutralizar cualquier forma de oposición política antes de que se convierta en una amenaza real para el régimen.
Los movimientos opositores reales solo tienen lugar en países o dictaduras donde existan al menos algunas libertades civiles y democráticas que les permitan su clandestinidad y de algún modo su presencia en el panorama político local. Esos movimientos siempre y en todo lugar no son meras casualidades espontáneas sino que necesitan de financiamiento y planes estratégicos desde el exterior.
Pero en tiranías, como la cubana, estas condiciones no existen y las propias autoridades se encargan de construirlas y de controlarlas, muchas veces con la propia complicidad de Estado Unidos.
Desde la Cheka hasta el G2 cubano ningún movimiento opositor en países totalitarios ha dejado de ser infiltrado y dirigido por la cúpula dirigente y la comunidad de contrainteligencia para interceptar todo plan enemigo dirigido a cambios políticos que hagan perder poder y hegemonía a la clase dominante. Si así no fuera, los gobiernos no tendrían los departamentos de Inteligencia y Contrainteligencia, donde laboran grupos de trabajo dirigidos única y exclusivamente a la disidencia u oposición política.
Entonces en Cuba, hablar de disidencia es cuando menos un chiste mal contado que, para colmo, es financiado por la USAID estadounidense pero perfectamente “tolerado” por el neocastrismo canelista.
Nadie mejor que Estados Unidos sabe que la disidencia cubana ni es independiente ni mucho menos legítima. Aun así durante dos décadas ha venido financiando estas supuestas organizaciones de disidentes por valor de 250 millones anuales, a razón de 2,5 cada año como promedio. Un negocio redondo para pseudodisidentes que pueden sobrevivir con un puñado de dólares mientras le dan servicio a las agencias de inteligencia y contrainteligencia cubanas.
Y esta es la razón de por qué desde la década del 60 la pseudodisidencia cubana se ha ramificado tanto y en tantas vertientes que garantiza a sus manejadores un liderazgo acéfalo, una apatía por la unificación de intereses y sobre todo navegar en escándalos y en apatías que permiten, por ejemplo, que cuando se dan ciertas condiciones de insatisfacción popular como el 11J, ningún grupo opositor se manifestó, ni mucho menos tuvieron un plan estratégico y táctico par seguir adelante y lograr los cambios que se esperaban.
En la disidencia tanto en Cuba, como sus satélites y seguidores en el exilio hay mas de 200 propuestas de oposición política. Ninguna acepta la desobediencia civil activa ni actos violentos contra instituciones y activos del estado tiránico. Ni una. Entonces, ¿pregúntese por qué?
La respuesta nos las ofrecen los propios textos y manuales de academias del servicio de espionaje: los gobiernos pueden controlar a los disidentes por una variedad de razones, que pueden incluir el mantenimiento del poder, la estabilidad del Estado, la protección de intereses políticos o económicos y la supresión de ideas o movimientos que consideren una amenaza.
Cuba más que una excepción de la regla es una confirmación de la misma. Y esa pseudodisidencia es la que en el exilio se ha encargado de la misma división y de evitar un liderazgo que invite a la acción concreta para acabar con el régimen y las faltas de libertades. Para lograrlo tienen todo tipo de personajes. Pero este es tema para otro análisis