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Por Pedro Monreal (El Estado como tal)
La Habana.- La conversación actual sobre la tasa de cambio informal en Cuba pudiera ser útil para considerar dos factores: lo más relevante es la crisis estructural de oferta productiva, y con el fracaso del “ordenamiento” el Estado desatendió su función esencial de defensa del peso cubano.
Cuando amaine la actual fase recurrente respecto a la “manipulación” del tipo de cambio informal del peso cubano, todavía estará ahí una crisis económica estructural que no se resuelve dentro del marco institucional vigente.
Pasar de unificación monetaria y cambiaria hacia dolarizacion en un régimen cambiario desfasado exacerbó la especulación cambiaria.
La cotización diaria informal funciona a veces más dentro de una lógica de casino que como un atributo monetario que refleja la economía real.
El Banco Central de Cuba, enredado con una intrascendente “bancarización”, al no defender activamente el peso nacional ha incurrido en una dejación de funciones que bordea lo inconstitucional (artículo 25: “preservar el valor de la moneda nacional”).