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Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- Apagones de 18 horas en Camagüey, transporte suspendido en Pinar del Río, pan de 70-80 gramos, como si fuera cuando el bloqueo de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces todo lo tuvieron que racionar los rusos, y recibían !100 gramos! de pan.
El déficit de generación eléctrica ha llegado a los mil 500 MW, que es el equivalente aproximado a lo que producirían cinco termoeléctricas.
Toda una situación dantesca del proclamado socialismo irrevocable.
Cuba es país «hermano» de Venezuela, Rusia. Irán, Argelia, Angola, México, todos ellos grandes productores de petróleo. Resulta que, cuando estás en una crisis como la de Cuba, en estos tiempos actuales ya no existe el internacionalismo proletario, ni la solidaridad entre «hermanos».
Desaparecido el socialismo, las bases de colaboración no son caritativas, simplemente hay que facturar y para ello hay que tener dinero.
Las otrora empresas socialistas del gobierno de los antiguos países socialistas, en su gran mayoría fueron privatizadas o bien hoy son conglomerados gigantescos gubernamentales que necesitan presentar resultados ante sus accionistas privados y del gobierno, cosa que el gobierno de Cuba se negó a hacer en su momento, pensando que Rusia le regalaría otros 30 mil millones de dólares.
El cálculo ha sido erróneo, porque las realidades de hoy son muy distintas y ahora, con una visita de Estado y un buen apretón de manos, es insuficiente.
Canel estuvo en Argelia, Rusia, próximamente irá a la toma de posesión de la nueva presidenta de México, mandó a Marrero a Irán y a Salvador Valdez Mesa a una gira que incluyó a Angola. ¿Resultados? Cero patatero.
Si no pagas, te mueres de hambre.
Un país que no pertenece a ningún organismo crediticio internacional, ni Banco Mundial, ni Fondo Monetario Internacional, ni Banco Interamericano de Desarrollo, está abocado al abismo.
Cuba solo cuenta con El Club de París, organismo que, cuando llega Ricardo Cabrisas, se ponen a temblar los acreedores, pues saben que viene a pedir que le quiten una parte de la deuda, o a pedir más tiempo para pagar.
Así es totalmente imposible vivir en el mundo actual y así nos va.
El mundo entero sabe que Cuba no hora sus deudas. Por poner algunos ejemplos, tres mil millones a Argentina, que arrastran desde hace más de 30 años; nueve mil millones al Club de París; más de mil millones a Brasil, de ellos 650 millones solo por la construcción del puerto del Mariel, y el resto en contenedores de carne de pollo y vacuno a proveedores brasileños. Esa es la realidad de un país sin rumbo económico, sin un mercado de divisas, sin producciones de ningún tipo.
El historial crediticio de Cuba es calamitoso y el mundo entero lo sabe, por lo que, si Cuba necesita algo, ‘paga y te lo doy’, así de sencillo.
Esta es la situación actual con los combustibles. Durante los últimos años, el gobierno con su verborrea diaria nos ha hablado de cambio de matriz energética, de reparaciones constantes en las termoeléctricas para llegar a superar la situación de déficit de generación, etc., etc.
La realidad nos muestra que nuestro combustible pesado no cubre más de un 30 por ciento de lo necesario y que, por su contenido de azufre, los sistemas de generación sufren un deterioro precoz.
Partiendo de esto, si Cuba quiere generar electricidad, necesita tres mil toneladas de combustible diarias y esto no es posible sin su importación.
El problema está en que los proveedores no le fían a Cuba los combustibles por mal pagador, lo que ocasiona un menor volumen de compras y la acumulación de barcos alrededor de la isla, pagando retrasos en sus descargas, a la espera de que Cuba pague las cargas contratadas.
Esta situación, como hace unos días diría el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, presupone «un sacrificio financiero» para Cuba o, lo que es lo mismo, pan para hoy y hambre para mañana.
Esta situación, como cualquiera puede comprender, es imposible mantenerla en el tiempo, por lo cual, si a esto sumamos los remiendos cubanos a las termoeléctricas, no es difícil imaginarnos la Cruda y Oscura realidad en la que el país estará sumida.
Muy pronto sabremos si el gobierno tiene dinero para pagar barcos cargados de velas, para que la gente se alumbre, ante la escasez de todos los combustibles, porque ese es nuestro camino actual.
Solo hay una solución a este problema: ¡Tienen que irse!