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Por Yeison Derulo
Santiago de Cuba.- La crisis alimentaria golpea con especial dureza a los sectores más vulnerables. El Comedor Comunitario Gubernamental 6 de Junio, destinado a asistir a personas de la tercera edad y casos sociales, ha reducido sus raciones a dos pedazos de plátano burro y una pequeña porción de arroz, divulgó el influencer Yosmany Mayeta.
Esta escasez de alimentos ha llevado a muchos santiagueros a buscar alternativas para su sustento diario, y una de ellas es acudir al comedor comunitario establecido por la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), liderada por José Daniel Ferrer.
Ubicado en la sede nacional de la organización, en Calle 9 de Mármol, este comedor ha brindado alimentos de calidad a más de mil personas diariamente. Sin embargo, esta labor humanitaria ha sido objeto de represión por parte de las autoridades, denuncia Mayeta.
«Colaboradores del comedor han sido detenidos y amenazados con la retirada de las escasas prestaciones económicas que reciben por parte de la dictadura. Además, se ha reportado un fuerte cerco policial alrededor de la sede de la UNPACU, impidiendo el acceso de activistas y beneficiarios», dijo el influencer.
La situación refleja una contradicción alarmante: mientras el régimen no garantiza una alimentación adecuada a sus ciudadanos más necesitados, obstaculiza y reprime iniciativas independientes que buscan suplir estas carencias.
Es imperativo que las autoridades cesen todo acto de represión y amenazas contra personas desvalidas y vulnerables. Si el castrismo no puede proporcionar los recursos mínimos para la subsistencia de estos ciudadanos, debería permitir que organizaciones independientes y humanitarias realicen esta labor sin interferencias.
La creciente afluencia de personas al comedor de la UNPACU es un testimonio de la desesperación y el hambre que aqueja a la población santiaguera. Negarles el derecho a una alimentación digna y perseguir a quienes intentan ayudar es una violación flagrante de los derechos humanos que no puede ser ignorada.