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KNOX GOES AWAY SE ALEJA, OTRO DE LOS POCOS ESTRENOS SIN “WOKISMO”

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Por Carlos Carballido ()
Dallas.- Me resultó extraño que Michael Keaton, donante demócrata de Barack Obama, Hillary Clinton y Joe Biden haya tenido el valor de actuar y dirigir su opera prima “Knox goes away”, uno de los pocos estrenos de cine sin apenas nada de ideología woke.
Y cuando digo nada, es casi nada.
En la cinta no hay un protagonista negro, ni siquiera en un papel secundario. Tampoco se alude a la ideología trans ni LGBT, ni a la corrección política y solo, de soslayo, algo relativo al aborto pero plenamente justificado por la trama del guión.
No es un filme super estelar que trascienda la historia en el séptimo arte, pero solo ese desafío de no incluir la agenda woke como condición para que te produzcan la película, es cuando menos, muy plausible.
Narra los últimos días de un asesino a sueldo, super preparado en la cultura, la academia y las acciones de inteligencia (cualidades solo señaladas indirectamente en el argumento) que es diagnosticado con una demencia aguda que deteriorará las capacidades del protagonista y lo obligará a dejar en orden sus asuntos pendientes y su modo de vida.ç
Knox trata de llevar esto en un ritmo a veces lento ante cámara pero que justifica mucho el argumento de la película.
Actores conocidos, como Al Pacino, acompañan a un Keaton ya envejecido en pantalla, pero igual de convincente.
La escena final es la mejor lograda.
En la vejez todos pasamos por una pose similar, a veces ante una ventana, otras mirando una taza de café o frente a un espejo sin comprender bien nuestro reflejo.
De cualquier modo el resultado es el mismo: una vida que se vive para otros y de buenas a primeras te das cuenta que la tuya ya tiene muy poco tiempo. Tanto que mejor es perderse en tu propia mirada sin esperar mucho de nada ni de nadie.

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