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GONZÁLEZ URRUTIA, A VECES ES MEJOR QUEDARSE CALLADO

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Por Mauricio de Miranda ()

Cali.- En mi opinión, en política constituye un craso error anunciar algo que luego no se haga. Eso, que es tan común entre los políticos, ha sido una razón muy poderosa para demeritar la política como algo sin utilidad para la sociedad, aunque en realidad la política importa y desentendernos de ella es obviar algo que nos afecta positiva o negativamente.

Nunca entenderé por qué Edmundo González y María Corina Machado anunciaron que «el 10 de enero Edmundo se posesionaría como presidente de Venezuela». No había posibilidad alguna de que lo hiciera. El anuncio de Edmundo en entrevista a CNN en español de que el 10 de enero iría a Venezuela y no hacerlo después es un grave error político, en mi opinión.

Yo no deseo que aumente la ya larga lista de mártires por la defensa de la democracia en el hermano país sudamericano, pero considero que en política uno debe ser creíble y cuando se anuncia algo no hay otra opción que cumplir para ser respetado. Si uno no sabe cómo va a cumplir algo que anuncia es mejor quedarse callado.

Para mÍ no existe duda alguna sobre el hecho de que en Venezuela ha ocurrido un golpe de Estado contra la soberanía popular. Las instituciones venezolanas, todas en manos del régimen, jamás mostraron las actas del ejercicio electoral. Eso es un hecho. Y ello es demostrativo de que el régimen, con la complicidad de las fuerzas armadas y policiales y de todos los poderes del país, se robaron esas elecciones de la forma más burda.

Es evidente que esto sienta un precedente fatal para una región en la que la democracia y el respeto a las libertades no ha sido precisamente una norma a lo largo de su historia.

Sí, es cierto que en los últimos treinta años la región latinoamericana ha dado avances en este sentido, pero no constituye una regularidad, sobre todo porque el autoritarismo tiene regímenes en los extremos del llamado espectro político.

No me referiré al discurso de «posesión» de Nicolás Maduro. Fue una mezcla de payasadas, promesas que no podrá cumplir y vulgaridad y «guapería» que le caracteriza a su lenguaje. Nada más.

El régimen venezolano se atornilla en el poder a contrapelo de lo que decidió el pueblo en las urnas, si nos atenemos a las actas que hemos visto porque las de la «victoria» de Maduro al parecer solo la han «visto» ellos.

La terrible conclusión es que después de esto se cierran las opciones pacíficas para los defensores de la democracia y las libertades civiles en Venezuela.

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