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El ‘sabotaje’ que Sierra Maestra publicó y luego borró

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Por Yosmany Mayeta Labrada

La narrativa oficial sobre el colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en el oriente cubano dio un giro inesperado el domingo, luego de que el periódico provincial Sierra Maestra, órgano del Partido Comunista en Santiago de Cuba, publicara y eliminara en cuestión de minutos una versión que apuntaba a un presunto sabotaje.

La versión que desapareció

En su primera publicación en redes sociales, el medio citó declaraciones del gobernador santiaguero, Manuel Falcón Hernández, quien aseguró en su canal de Telegram que “personas inescrupulosas sabotearon las instalaciones de Nuevitas, provocando el disparo de la línea de 220 kV Nuevitas–Tunas”.

El mensaje iba más allá: calificaba lo ocurrido como un “acto cobarde y criminal” contra el bienestar del pueblo y atribuía al supuesto sabotaje la desconexión total del SEN desde Las Tunas hasta Guantánamo, dejando a millones de personas sin electricidad durante horas.

El viraje repentino

Sin embargo, pocos minutos después, la nota desapareció de la página de Facebook de Sierra Maestra y fue sustituida por un breve mensaje mucho más neutral.

En la nueva versión, se omitía toda referencia a un sabotaje y se limitaba a informar que el Oriente del país había sido reenlazado con el sistema cerca de la medianoche, con la promesa de un restablecimiento paulatino.

Silencio y sospechas

La rápida rectificación sin explicación alguna deja varias preguntas abiertas: ¿se trató de un error editorial, de un exceso de entusiasmo oficialista o de una directriz de última hora para evitar que la versión de “sabotaje” se propagara sin pruebas?

En un contexto donde los apagones prolongados han disparado el malestar social, la manipulación informativa no hace más que aumentar la desconfianza ciudadana.

La contradicción entre la primera y la segunda versión no solo desnuda la improvisación con la que se maneja la información oficial, sino también la intención de manipular el relato según convenga al poder.

o que comenzó como un “acto criminal” terminó reducido a un simple parte técnico. En esa grieta entre lo dicho y lo borrado queda expuesto el verdadero sabotaje: el de la verdad.

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