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Cuba: el país de las sombras eternas

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Por Luis Alberto Ramirez ()

El Ministerio de Energía y Minas (MINEM) informó que un disparo en la línea de 220 kV Nuevitas-Las Tunas provocó en la noche del sábado una desconexión general del sistema eléctrico en la región oriental, desde Las Tunas hasta Guantánamo. Una vez más, la oscuridad se apoderó de millones de cubanos, víctimas de un sistema eléctrico frágil, sobreexplotado y sin capacidad de garantizar un servicio estable.

Cuando no es una cosa, es la otra. A veces falta combustible, otras veces aparece una rotura, en ocasiones un problema climático, o simplemente se programan paradas de mantenimiento. La constante es una sola: la inestabilidad del sistema.

La población se ha acostumbrado a vivir en un ciclo de apagones, donde lo imprevisible ya se volvió cotidiano. Si no fuera por el sol, Cuba bien podría definirse como el país de las sombras eternas.

El apagón de anoche no solo dejó sin electricidad a la mitad del país; también provocó la salida de operación de la unidad 6 de la termoeléctrica de Mariel, un golpe adicional para un sistema nacional ya en estado crítico.

Según explicó un ministro en la televisión estatal, la energía se restableció en Las Tunas, Camagüey y Holguín, mientras los técnicos intentaban “llegar a los motores de Moa y luego a Renté para arrancar la unidad 6 de la santiaguera”. Un lenguaje técnico que poco consuela al ciudadano común, que sufre en silencio el calor, la imposibilidad de conservar alimentos y la parálisis de la vida cotidiana.

El problema es un sistema energético obsoleto

El problema de fondo no es un disparo aislado ni una rotura puntual. Es un sistema energético obsoleto, dependiente de combustibles fósiles importados, carente de inversiones reales y sometido a una administración incapaz de prever ni resolver de manera sostenible los desafíos. Mientras el gobierno insiste en buscar justificaciones, los hogares cubanos se hunden en la penumbra, sin que se vislumbre una solución a corto plazo.

La pregunta se impone: ¿cómo puede progresar un país en estas condiciones? La electricidad es la base de cualquier desarrollo económico, científico y social. Sin un suministro estable y confiable, no puede funcionar la industria, no puede crecer la producción, no pueden operar los servicios básicos. Un país que permanece a oscuras difícilmente pueda hablar de futuro.

En Cuba, la luz se ha vuelto un lujo intermitente, y con cada apagón se apaga también un poco más la esperanza de progreso de toda una nación.

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