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El rabino que apoya a Mandani no representa al pueblo judío y actuó por oportunismo

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Por Carlos Carballido ()

La noticia de que el rabino neoyorquino Moshe Indig no perdió tiempo para felicitar en persona al nuevo alcalde islámico Zohran Mamdani ha vuelto a desatar especulaciones y retórica antisemita tanto en la prensa como en las redes sociales.

Encasillar a un rabino como Moshe Indig como representante de los judíos en EE.UU. es uno de los tantos disparates que hay que escuchar todo el tiempo.

La reunión de ambos se interpreta como una mezcla de oportunismo político y de cierta congruencia ideológica —aunque parezca increíble— a pesar de sus diferencias religiosas.

El rabino Moshe Indig es parte de la facción Satmar hasídica (rama Ahronim), que mantiene una cuestionada posición anti-sionista teológica: rechazan el Estado de Israel como entidad legítima, argumentando que solo el Mesías puede restaurar la soberanía judía en la Tierra de Israel (basado en interpretaciones del Talmud y los escritos de su fundador, el rabino Joel Teitelbaum).

Esta y no otra (el antisionismo) es la razón de la congruencia con Mamdani. Los Satmar hasídicos han sido comodines útiles para el Islam en sus ataques a Israel, porque ofrecen una falsa validación a la idea de extinguir el Estado hebreo “incluso desde dentro del propio pueblo judío”.

Los motivos del apoyo

Pero la realidad es que esa facción de judíos ortodoxos en Nueva York solo representa alrededor del 7% de los votantes. Esos son los votos que Moshe Indig ofreció a Mamdani a cambio de incluir a su comunidad en los planes de vivienda asequible que el nuevo alcalde pretende implementar.

Jewish Telegraphic Agency reportó hace unas semanas que el rabino también había ofrecido apoyo a Mamdani para beneficiarse del plan de escuelas públicas (unos 15 millones de dólares), pero bajo jurisdicción y administración interna de su comunidad. Un negocio redondo a cambio de votos.

El endorsement de Moshe Indig a Zohran Mamdani (2/11/2025) ha sido calificado como “traición” por sectores pro-Israel en la comunidad judía de Nueva York, especialmente entre ortodoxos modernos y sionistas. Argumentan que aliarse con un defensor del BDS (boicot a Israel) socava la solidaridad judía global, en un momento de tensiones post 7/10 (Encuesta AJC 2024: 62% de judíos estadounidenses consideran que las críticas a Israel suelen implicar antisemitismo).

Algunos académicos de estudios judíos califican a Moshe Indig como un pragmático oportunista que apoya a quien garantice los mejores beneficios para su comunidad de aproximadamente 60 mil residentes. La realidad es que ha sido un aliado estable del Partido Demócrata a cambio de programas sociales.

La prensa y el contexto

La prensa, como siempre alimentada por la retórica de las redes, ha sacado de contexto el encuentro entre el rabino y el alcalde electo, dándole incluso una equivocada connotación religiosa.

Y es equivocada porque un rabino no es un líder religioso en el sentido sacerdotal. Es un maestro comunitario, encargado de educación, ética y asuntos internos. Un sacerdote o pastor cristiano está ordenado para administrar sacramentos. Un rabino, desde la caída del Templo de Jerusalén, se limita a guiar la congregación en temas sociales y doctrinales. Además, su posición surge por consenso local, no por ordenación litúrgica.

Lo que hay que ver aquí es simple: a Nueva York le irá como ratón en ferretería, pero a la comunidad de Moshe Indig eso no le importa. El rabino cobra sus 92 mil al año y su feligresía solo necesita seguir viviendo del gobierno.

Entonces, ese apretón de manos está justificado desde su lógica: asegurar privilegios. No importa el daño posterior.

Solo que, en el Islam político, la taqiyya permite engañar al “infiel” —entiéndase judíos y cristianos— con tal de avanzar su agenda.

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