Por Pucho Oroza
Varadero.- Anthony Rendón debutó en 2013 con los Nacionales de Washington donde jugó por seis temporadas. En ese período acumuló 994 hits en 916 juegos, de ellos 136 cuadrangulares, impulsó 546 carreras y anotó 571, con un average ofensivo de 290, porciento de embasado de 369, SLG de 490, OPS de 859 y OPS+ de 126.
Además, fue premiado con el NL Comeback Player of the Year (2016) y en 2019 tuvo un año magnífico donde fue All Star, All-MLB First Team (2019), MLB RBI leader (2019), ganó su segundo Silver Slugger Award, y se proclamó Campeón del Clásico de Otoño con los Nacionales.
Con ese aval, los Angelinos le ofrecieron un contrato por siete años y $245 millones de dólares. Y ahí mismo, comenzó la gran pesadilla. Rendón no ha jugado más de 58 partidos en ninguna de sus cuatro temporadas con su nueva franquicia debido a lesiones. En total, ha estado fuera del line up en 346 de 546 partidos.
En su estancia en Los Ángeles, solo ha tenido 720 veces al bate, con 179 hits, sólo 22 cuadrangulares, ha anotado 91 carreras e impulsado 111, con un ave de 249.
Para los Angels ha sido un duro golpe, pues en estas cuatro campañas, Rendón ha ganado 120 millones de dólares y ha jugado 200 partidos, el equipo le ha pagado en promedio $640, 000 dlls por cada juego jugado, un promedio que sería de $103 millones en una temporada de 162 partidos. Además, los Angels le han pagado 1.15 millones de dólares por cada carrera producida y el jugador ha ganado 5.81 millones de usd por cada jonrón conectado con los Angels.
Aún le quedan tres años y 114 millones para que esta pesadilla acabe dentro de la franquicia, un contrato que le ha costado alma y vida y que no ha dado, para nada, los resultados esperados.
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