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Por Sergio Barbán Cardero ()
Miami.- ¿Con qué moral el régimen cubano acusa de terrorismo a exiliados patriotas? El gobierno cubano, sin presentar pruebas, acusa de terrorismo a ciudadanos cubanos que desde el exilio ejercen su legítimo derecho a denunciar. Las pocas pruebas que pudiera mostrar son burdas chapuzas fabricadas por ellos mismos, como el caso del “mercenario de la moto acuática”.
No se trata solo de silenciar a quienes alzan su voz desde el extranjero con un micrófono y una cámara como únicas armas. El objetivo real es intimidar a quienes aún viven en la isla y pudieran salir masivamente a protestar contra la tiranía.
Ver vídeo: (https://youtu.be/xmXwEq8ywTY)
Para darle notoriedad a su lista de supuestos “terroristas”, el régimen ha tenido el cinismo de entregarla al secretario general de la ONU. El mismo organismo que, lejos de condenar a la dictadura por sus crímenes y violaciones sistemáticas de derechos humanos, la premió con un asiento en el Consejo de Derechos Humanos 2009. ¿De qué sirve entonces la ONU?
La pregunta es inevitable: ¿con qué autoridad moral puede el régimen acusar de terrorismo a quienes ejercen su libertad de expresión? Esto cuando ha sido históricamente un santuario de verdaderos criminales, asesinos, ladrones de bancos y terroristas internacionales.
La doble moral es escandalosa. El régimen cubano ha ofrecido protección y refugio a numerosos criminales y terroristas de Estados Unidos. Además, ha dado protección a miembros de organizaciones violentas, como ETA, perseguidos por España.
También ha dado cobijo a representantes de grupos extremistas en el Medio Oriente financiados por Irán. Ha simpatizado con miembros de Hamás, una organización terrorista que no representa al pueblo palestino. Asimismo, ha apoyado abiertamente a guerrilleros armados de El Salvador, Nicaragua, Colombia y otros países.
¿Cómo puede un régimen que ha sido nido de tantos conspiradores violentos del Medio Oriente y América Latina, tener la osadía de llamar terroristas a ciudadanos cubanos? Estos ciudadanos simplemente denuncian sus abusos de manera pacífica.
No hay moral. No hay legitimidad. Solo queda la represión, la hipocresía y el miedo, frente a la verdad, dignidad y coraje de quienes no se callan. Porque estos “acusados” no son terroristas. ¡Son patriotas! Son cubanos libres que han decidido no arrodillarse, y alzar su voz por aquellos que dentro de la isla son silenciados, perseguidos, encarcelados, torturados… Algunos incluso han muerto en prisión en circunstancias inaceptables.
Todo este grotesco teatro lo escenifican a las puertas de un nuevo aniversario del 11 de julio de 2021. En esa fecha, el pueblo cubano dijo ‘basta’ y salió a las calles a reclamar libertad.