Enter your email address below and subscribe to our newsletter

El hostigamiento de la dictadura no para…y menos ahora

Comparte esta noticia

Por Lara Crofs

La Habana.- Desde lo más profundo de nuestra tierra ardiente, la misma que nos une a Yasser Sosa y Daniela Peral con el calor humano y la dignidad santiaguera, alzamos la voz para denunciar un nuevo acto de represión arbitraria e injustificable. Este acto es contra un ciudadano que solo ha hecho el bien.

En el día de hoy, Yasser fue citado de manera totalmente irregular por las autoridades de Santiago de Cuba. No medió documento oficial, ni firma de ninguna autoridad competente y sin base jurídica que lo justificara. Fue contactado por un agente que se identificó como Arnoldo, utilizando el número personal de Yasser. Este número él mismo lo ha hecho público única y exclusivamente para facilitar la coordinación de ayudas humanitarias. Esta citación informal y coercitiva no es otra cosa que una forma de intimidación.

A su llegada a la estación policial del Palacete, no se le informó de ninguna acusación formal ni se le respetó el derecho al debido proceso. No se le presentó expediente ni investigación legal alguna. Solo se le amenazó, exigiéndole que eliminara su última publicación en Facebook. En esa publicación expresó de forma respetuosa su preocupación por la cruda realidad que vivimos todos en Cuba.

Denunciamos esta acción como una violación directa del Artículo 94 de la Constitución de la República de Cuba. Este artículo establece con claridad el derecho al debido proceso y prohíbe cualquier citación o detención que no provenga de una autoridad legalmente facultada. Del mismo modo, se está vulnerando el derecho a la libertad de expresión. Esta libertad está reconocida no solo en nuestra propia legislación nacional, sino también en la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 19) y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Cuba está vinculada moralmente a este pacto como miembro de la comunidad internacional.

No vamos a callar

Yasser no ha cometido ningún delito. Su único “acto” ha sido ayudar a los demás, organizar entregas de medicamentos, alimentos e insumos básicos para personas en situación de vulnerabilidad. Ha entregado su tiempo a la comunidad y ha compartido, de forma pacífica y firme, una mirada crítica sobre la realidad que padecemos los cubanos. Por este compromiso humano y social, el aparato estatal lo ha perseguido. Esto evidencia el profundo temor que tienen a la verdad dicha desde la honestidad y la compasión.

Rechazamos rotundamente el uso del sistema policial para hostigar a quienes trabajan por el bien común. Esta criminalización de la solidaridad solo retrata la descomposición de un sistema que ya no puede sostenerse sin recurrir a la amenaza, al miedo y a la coacción. Sin embargo, también deja ver algo más importante: su desesperación ante el surgimiento de un país nuevo. Este país ya se está gestando desde abajo, con manos humildes, voces firmes y corazones solidarios.

Hoy, decimos con claridad, no nos van a callar. La verdad está en la calle, en los cuerpos que resisten, en los gestos de ayuda mutua, en las palabras que se niegan a rendirse. Y en cada uno de nosotros, que seguiremos construyendo, a pesar de todo, la Cuba que merecemos.

Deja un comentario