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El hombre que sobrevivió dos veces al fin del mundo

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Por Datos Históricos

La Habana.- Tsutomu Yamaguchi fue testigo de lo impensable. No una, sino dos veces.

Era ingeniero naval y trabajaba para Mitsubishi cuando, el 6 de agosto de 1945, se encontraba en Hiroshima por asuntos laborales. Esa mañana, mientras caminaba hacia la oficina, vio un bombardero B-29 surcando el cielo. Un objeto descendía en paracaídas. Y luego… el destello.

Una explosión como nunca antes había visto arrasó la ciudad. Estaba a solo tres kilómetros del epicentro. Voló por los aires, sufrió quemaduras graves, perdió la audición en un oído y pasó la noche entre gritos, escombros y cadáveres.

Al día siguiente, cruzó un río lleno de cuerpos hinchados y logró alcanzar un tren que milagrosamente funcionaba. Volvió a Nagasaki, su ciudad natal, para curar sus heridas. Era el 8 de agosto.

El 9 de agosto, todavía con vendas, se presentó a trabajar. Cuando relataba el horror que había vivido en Hiroshima, otra bomba cayó. Otra vez estaba a tres kilómetros. Otra vez sobrevivió.

Tsutomu, su esposa y su bebé de cinco meses lograron salir con vida. Nadie podía creerlo.

Durante décadas, guardó silencio. Ser “hibakusha” —sobreviviente de la bomba— era motivo de estigmatización en Japón. Pero con el tiempo, Yamaguchi comprendió que su historia no debía callarse. Que era su deber narrar lo ocurrido, no para despertar odio, sino para evitar que volviera a suceder.

Fue reconocido oficialmente como “nijyuu hibakusha” —persona bombardeada dos veces— recién en 2009. El único registrado por el gobierno japonés, aunque se estima que hubo más de 160 en su misma situación.

A los 90 años, tomó por primera vez un avión y habló en la ONU. Pidió el fin de las armas nucleares. No hablaba con rencor. Solo con la firmeza de alguien que había visto el infierno… y había vuelto para contarlo.

Murió en 2010, a los 93 años, de cáncer de estómago. En paz consigo mismo. Su legado fue una advertencia. Y su vida, un milagro.

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