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EL EXPRESIVO ROSTRO DE DAVID

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Por Koldo Errando ()

Bilbao.- La cara de David tiene una mirada desafiante impregnada de fuerza donde se manifiesta la consciencia del poder, en el sentido más amplio de la palabra. Es capaz de intuir al enemigo mostrando plena autoconfianza, una virtud muy apreciada para el hombre renacentista.

La escultura David fue realizada por el artista florentino Miguel Ángel Buonarroti entre 1501 y 1504, cuando el joven no llegaba a sus treinta años. El tema ya había sido tratado por escultores como Verrocchio, Ghiberti y Donatello, pero Miguel Ángel fue el primero en fijar su atención, no en el triunfo de David, sino en el instante previo.

Miguel Ángel concentraba su atención en el hombre y sus cualidades humanas, esas mismas virtudes que le permitirían encarar la amenaza de un gigante. No en balde, el David de Miguel Ángel se convirtió en un símbolo del Renacimiento italiano.

Con 5,17 metros de altura y 5,5 toneladas de peso, la escultura fue un encargo de la Opera del Duomo para la catedral de Santa María del Fiore en Florencia. Pero tanto sus dimensiones como su calidad hicieron que se destinara a la Piazza della Signoria, donde estuvo hasta el siglo XIX. Actualmente el David está ubicado en la Galleria dell’Accademia en Florencia, Italia.

El escultor escoge ese instante previo a la lucha, allí donde tiene lugar la mayor concentración mental, lo que implica que hay reposo pero también tensión. La juventud se equilibra con la inteligencia humana y la sabiduría divina.

Un ideal renacentista: de la religión a la filosofía
Miguel Ángel logra sintetizar el significado de la figura de David en el contexto de la cultura judeocristiana, al tiempo que logra sincronizarlo con los valores renacentistas que subrayan el equilibrio y la ponderación.

Suprimir la representación del gigante Goliat en la escena implicaba dirigir la atención totalmente a la naturaleza humana y sus virtudes, con las cuales un joven imberbe podría vencer sobre la fuerza bruta de un ser «deshumanizado».

El mensaje el claro: lo que importa es la virtud humana, aquellas que hacen de David un ser cualitativamente humano. No la fuerza. En cambio, sí, la inteligencia, la ponderación de las acciones y la elevación del espíritu. Por último, la preocupación por su pueblo y el compromiso con los suyos.

Ello explica, en parte, por qué el David de Miguel Ángel se convirtió en un símbolo del Renacimiento. En efecto, el triunfo de la inteligencia y la virtud sobre la fuerza encarna los valores propios del humanismo antropocéntrico de aquel contexto histórico.

Cuando la escultura David fue revelada en 1504 frente a los miembros de la sacristía que tenían hecho el encargo, provocó tal asombro que la consideraron demasiado perfecta para continuar con la idea original de ponerla en la Catedral.

Para decidir dónde iban a colocar la nueva obra prima del Renacimiento, crearon un comité de 30 miembros, incluyendo artistas del calibre de Leonardo da Vinci y Sandro Botticelli, para decidir su nuevo palco.

La estatua fue entonces colocada en el corazón político de Florencia, en la Piazza della Signoria, frente a la entrada del Palazzo Vecchio, donde estuvo hasta 1873.

Actualmente se encuentra en la Galería de la Academia (Galleria dell´Accademia) en Florencia, el museo más importante de la ciudad después de la Galería Uffizi.

El Papa Giulio II (Julio II en español) encarga la Capilla Sixtina a Miguel Ángelo después del éxito estruendoso del David.

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