
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Por Edi Libedinsky ()
La historia de Molly Bish es un caso de desaparición y asesinato sin resolver que ha atormentado a su familia y a la comunidad de Warren, Massachusetts, durante más de dos décadas. Es un doloroso recordatorio de la vulnerabilidad de los jóvenes y la angustia que puede generar la falta de respuestas en un crimen tan atroz.
El 27 de junio de 2000, Molly Anne Bish, de 16 años, comenzó su jornada como salvavidas en Comins Pond, un popular estanque de natación en su ciudad natal de Warren, Massachusetts. Su madre, Magi Bish, la dejó en el estacionamiento del estanque alrededor de las 10:00 de la mañana. Fue la última vez que la vio.
Horas más tarde, las primeras familias que llegaron al estanque encontraron las pertenencias de Molly —incluyendo sus chanclas, una silla y un kit de salvavidas— cuidadosamente colocadas en su puesto, pero no había rastro de la joven salvavidas. No había nadie de guardia. La alarma se disparó de inmediato.
La desaparición de Molly Bish desencadenó una de las búsquedas de personas desaparecidas más grandes y costosas en la historia del estado de Massachusetts. Cientos de voluntarios, policías estatales y locales, y equipos de búsqueda especializados peinaron los bosques, lagos y caminos alrededor de Comins Pond. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos masivos, no se encontró nada. Molly había desaparecido sin dejar rastro, lo que sumió a su familia y a la comunidad en una angustia prolongada.
Durante la investigación, la madre de Molly, Magi Bish, recordó haber visto a un hombre desconocido en un coche blanco en el estacionamiento del estanque el día antes de la desaparición de Molly. Se elaboraron retratos hablados y se distribuyeron ampliamente, pero no condujeron a un arresto.
La angustiosa espera de la familia Bish se extendió por casi tres años. Finalmente, en mayo de 2003, un cazador encontró una pieza de un bañador azul en un área boscosa remota conocida como Whiskey Hill en Palmer, Massachusetts, a unos 8 kilómetros (5 millas) de la casa de la familia Bish. Este descubrimiento llevó a una nueva búsqueda intensiva en la zona.
El 9 de junio de 2003, se localizaron los restos óseos de Molly Bish. Aunque la causa de la muerte no pudo establecerse debido a la descomposición del cuerpo, los investigadores confirmaron que Molly había sido secuestrada y asesinada. El hallazgo trajo un cierre doloroso para la familia, pero la pregunta de quién fue el responsable de su muerte seguía sin respuesta.
A lo largo de los años, la policía ha investigado a varios sospechosos y ha revisado constantemente las pruebas. En 2021, la Oficina del Fiscal del Distrito del Condado de Worcester identificó a Frank Sumner Sr., un delincuente sexual fallecido, como una persona de interés en el caso. Sumner, que murió en 2016, tenía un historial de crímenes violentos y vivía en la zona en el momento de la desaparición de Molly. Sin embargo, no se han presentado cargos formales contra nadie y el caso sigue siendo técnicamente sin resolver.
La familia Bish, especialmente la madre de Molly, Magi, y su hermana Heather, han sido incansables en su búsqueda de justicia. Han abogado por los derechos de las víctimas y han mantenido viva la memoria de Molly, esperando que algún día se pueda identificar y condenar al asesino de Molly.
La historia de Molly Bish es un conmovedor ejemplo de la tenacidad de una familia frente a la tragedia y un recordatorio de los casos sin resolver que continúan buscando respuestas.