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El Bernabéu se vuelve global y aumentan las ganancias

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Por Yoyo Malagón ()

Madrid.- El Santiago Bernabéu ha dejado de ser sólo la casa del madridismo para convertirse en un escenario global. El partido entre Washington Commanders y Miami Dolphins no fue sólo un espectáculo deportivo, fue la consagración del Bernabéu como un estadio multifuturo, un coliseo del siglo XXI que ya mira más allá del fútbol.

Roger Goodell, el comisionado de la NFL, lo resumió con una frase que vale millones: «Hemos jugado en el, quizá, mejor estadio del mundo». Esa declaración, en boca de una de las personalidades más influyentes del deporte mundial, es el mejor espaldarazo para la estrategia de un Real Madrid que aspira a ser una meca al estilo Madison Square Garden .

Las arcas del club se frotan las manos con un negocio redondo. Aunque las cifras oficiales son esquivas, las estimaciones de la prensa apuntan a que el club podría embolsarse alrededor de 7 millones de euros por este único evento.

Este montante se compone de un pago directo de la NFL por el uso del recinto —similar a los 2,3 millones que recibió el Tottenham en su día— más los ingresos por conceptos como el catering, la restauración y el merchandising.

No es sólo un ingreso puntual; es la apertura de una nueva y lucrativa línea de negocio que demuestra el potencial económico de un estadio renovado para albergar espectáculos de talla mundial.

Posicionamiento en el mercado de EEUU

El partido fue, sobre todo, una brillante operación de marketing para la marca Real Madrid. La NFL tiene 406 millones de aficionados en todo el mundo, de los cuales 223 millones son estadounidenses. Durante el evento, la marca ‘Madrid’ estuvo presente en todas las comunicaciones oficiales de la liga, que alcanza un universo combinado de más de 1.000 millones de seguidores en redes sociales.

El club no solo alquiló su estadio; insertó su nombre en el centro neurálgico del entretenimiento estadounidense, un movimiento publicitario de valor incalculable para seguir creciendo en el mercado más rico del mundo.

El éxito operativo del partido fue impecable. Casi 78.000 espectadores, un césped que aguantó perfectamente la prueba y una transformación rápida y eficaz dejaron boquiabiertos a propios y extraños. Goodell llegó a admitir que la liga tomaba «notas» del propio Bernabéu.

Este despliegue manda un mensaje contundente a todo el ecosistema del deporte: el Real Madrid cuenta con unas instalaciones y una capacidad organizativa sin parangón. Se convierte en un argumento de peso para futuras fichaciones, para seducir a estrellas acostumbradas a los mejores estándares y para asegurarse los grandes eventos del futuro.

Echar raíces más allá del fútbol

La NFL no vino de visita, vino para «echar raíces». La liga ha dejado claro que quiere regresar a Madrid y a España, y varios equipos como los Chicago Bears o los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes ya tienden puentes con nuestro país.

El Real Madrid, como anfitrión pionero y de éxito, se posiciona como el socio natural para esta expansión en Europa. Este evento sienta un precedente y una relación que podría traducirse en más partidos, en colaboraciones estables y en convertir al Bernabéu en la casa europea de la NFL.

El cruce entre Dolphins y Commanders fue, en definitiva, la culminación de una visión. El Real Madrid ya no es sólo un club de fútbol; es un gigante del entretenimiento con un escenario que es en sí mismo una potencia económica.

El partido demostró que la apuesta por un Bernabéu multifunción no era un capricho, sino una jugada maestra. Ventaja financiera, proyección global, superioridad infraestructural y un legado de futuro. El Madrid ha demostrado que, a veces, dejar que otros jueguen en tu casa es la mejor manera de ganar tú fuera.

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