Enter your email address below and subscribe to our newsletter

Comparte esta noticia

Por Jorge Menéndez ()

Cabrils.- Ayer escuchaba en La Mesa Redonda al máximo responsable de la UNE explicar la reparación capital de seis meses de la caldera de la termoeléctrica Antonio Guiteras. Me quedó clarísimo el grado de improvisación y la falta de sistematicidad en las inversiones y sus prioridades.

Resulta penoso que un jefe, que además es ingeniero, se presente en televisión con un manual de 18 puntos de reparación, nos diga que hay que soldar 15 km de tuberías, cambiar esto y aquello, y que al finalizar la reparación capital nos diga que la caldera no será nueva.

¿Qué significa esto? ¿Nos están advirtiendo que, tras seis meses de reparaciones, se volverá a romper a los cuatro días, como ya ha sucedido? ¿Cómo es posible decir semejante barbaridad? ¿Alguien ha medido la rentabilidad y las afectaciones de esta reparación?

No puedo creer que seis meses de afectaciones —con la pérdida de producción, las horas de trabajo, los materiales empleados— y sin garantía de una caldera nueva, sean más rentables que instalar una caldera verdaderamente nueva, que ofrezca estabilidad y futuro con garantías.

Seguimos con los métodos del alambrito y el parche, principales responsables de los apagones. Se han invertido más de 1.000 millones en parques solares que no resuelven nada, y somos incapaces de invertir en una caldera nueva y necesaria. ¿Qué cuesta? ¿20, 30, 50 millones? Sería una inversión menor que la de los parques solares y mucho más efectiva.

¿Termoeléctricas perseguidas?

Este es un ejemplo claro de la planificación socialista. Está clarísimo el porqué de la situación actual: criterios cortoplacistas, abandono, inversiones sin ningún criterio económico ni de rentabilidad. Nos han llevado al desespero por salir del túnel.

La frase “nuestras perseguidas termoeléctricas” fue otra que me impactó. Todas nuestras plantas, salvo raras excepciones, son de tecnología socialista rusa. Hoy son chatarra pura. Y cuando aún eran salvables, Rusia ofreció un crédito de 1.500 millones de USD, con la única condición de que Cuba aportara el 10% inicial: 150 millones.

¿Cuántos millones hemos invertido en revivir chatarra sin calcular el costo de las afectaciones y de lo que se ha dejado de producir?

¿Será que alguien necesita tanto esa chatarra para seguir “persiguiendo” nuestras termoeléctricas?

El despropósito es evidente. Cuando un alto directivo de la UNE da este tipo de explicaciones y advierte que, tras toda esta afectación, la caldera no será nueva, es para ponerse a pensar.

Expertos en estafa

Así nos va en la agricultura, en la medicina, en el transporte, y en la inexistente zafra azucarera. Son ejemplos claros de la ceguera política y económica de un país en bancarrota.

Para colmo, ha fallecido el gran negociador y “canta mañanas” del gobierno, Ricardo Cabrisas, a los 88 años. Muy prematura su muerte. Cuando acudía al Club de París, ya lo esperaban con una condonación de deudas contraídas hace 30 años y un nuevo esquema de pagos que, en el siguiente viaje, también sería condonado. En eso, el gobierno sí es eficaz: un cafecito parisino, un apretón de manos y un “cierra la puerta por el lado de allá”. Luego, ya lo saben todos, regresa a la patria tras una gran negociación, Cabrisas con “el deber cumplido”.

¿El deber de seguir estafando? En eso somos expertos.

El cáncer del socialismo sigue instaurado en nuestras mentes. Y mientras siga allí, no habrá aspiraciones de independencia, ni de libertad, ni de eficiencia. Solo produciremos miseria.

Deja un comentario