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El águila que voló veinte años… pero jamás cruzó el mar

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Durante dos décadas, un águila esteparia fue rastreada mediante GPS desde Rusia hasta su muerte en el Valle del Niño, en Arabia Saudita.

Su recorrido es asombroso: miles de kilómetros atravesando desiertos, montañas y múltiples países. Pero lo más fascinante no fue la distancia… sino la ruta que eligió.

A pesar de tener frente a ella caminos más cortos sobre el mar, esta majestuosa ave evitó por completo volar sobre el agua. Prefirió rodear enormes masas marinas, trazando caminos mucho más largos solo para mantenerse siempre sobre tierra firme.

¿Por qué?

A diferencia de aves marinas como los albatros o las gaviotas, las águilas necesitan de térmicas, corrientes de aire caliente que se elevan desde la superficie terrestre y que les permiten planear grandes distancias sin gastar demasiada energía.

Pero sobre el mar… esas térmicas casi no existen. Volar allí implicaría un esfuerzo descomunal, con riesgo de caer exhausta.

Esta elección instintiva revela una inteligencia evolutiva sorprendente: el ave no solo navega el cielo, también lee el paisaje con precisión para sobrevivir.

Este mapa no solo muestra un viaje; muestra la sabiduría silenciosa de la naturaleza. Una lección de resiliencia, estrategia y adaptación.

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