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Por Edurdo Díaz Delgado ()
Madrid.- Entre las faltas de respeto que soltó la propaganda revolucionaria destaca esta perla. Cuba, un país en francas vías de desarrollo, que ha retrocedido lo indecible, donde la gente tiene menos acceso al agua, a la electricidad, a la comida, a servicios de transporte público, donde la calidad de la educación y la salud públicas son más que preocupantes por su acelerado deterioro. ¿Vida digna?
Cuba es un lugar que después de trabajar no tienes seguro el plato de comida, ni el de tus hijos. En Cuba vestirse es un lujo, calzar, ya ni hablar.
En Cuba tener agua 24 horas depende de cuánto puedas almacenar, tener agua fría y caliente en la casa es una rareza o una exquisitez.
Hay cientos de miles de cubanos (podría decir millones) que en 2025 no saben lo que es bañarse con una ducha.
La vida del cubano es dura, dificilísima. Las ganas de vivir como la gente. ha hecho que mucha gente abandona el país, dividiendo familias. Esto le ha agregado más dramatismo a la situación.
Es difícil saber que la mayoría de tus amigos se van a ir, que tu hijo se va a querer ir y que tú, eventualmente, también te vas a querer largar de ese «paraíso de vidas dignas».
Para agregar más peso al asunto, casi todos los cubanos que quedan en Cuba necesitan ayuda para poder acercarse a llevar una vida digna. Ayuda de los que se fueron.
No estoy diciendo que todos, no estoy diciendo que aún así lleven una vida verdaderamente digna, estoy diciendo que la dignidad en Cuba es un drama. Uno que no tiene nada que ver con resistencia ni con el sueño de un hombre que no vivió como nos dijo que debíamos vivir.
Tan indigno como era… Tan indignos como son.
La pregunta se hace sola. ¿Por qué el cubano emigra para cualquier lugar? ¿Será que somos indignos de este paraíso?