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¿Desaparecidos…?

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Por Almakki Díaz ()

En Cuba, la muerte y la ausencia de casa se está convirtiendo en la vía para que si no te conocen, te conozcan. Si te conocen luego de una estancia sin que le veas, le recuerdas.

La noticia de este joven cubano se hizo el lunes 28 de julio, puesto que había desaparecido el domingo, un día antes. Luego, medios de apariencia independiente lo reportaron el martes 29 de julio.

Pocas horas después aparece supuestamente el joven. Dicho sea de paso, primero hablaron de su profesión antes deque su propio nombre. En el cartel colocado en tinta de colores, como alerta desde el primer mundo abarrotado en corriente, se activan las impresoras.

Recientemente fue reportada la desaparición de un médico masón. De él, por vía de una supuesta esposa, se posteó: “Ya está en casa”. Creímos la desaparición como el regreso a la escena.

Patricio Wood fue muerto por alguien en redes. Luego apareció desmintiendo el hecho y aprovechó para escribir poemas. También presentó un libro sobre el tema.

El viejo humorista Jorge Losada desmiente su muerte. Mientras tanto, el hombre de hierro con cara de palo televisa la entrega del sillón que no le salvará la vida.

Desapariciones y manipulación

Recién, otra persona desconocida, conocida como Claudia, chica trans, fue reportada como agredida no siendo realidad. Como le comentamos en privado: “Una broma de mal gusto que te dio a conocer entre teclas”. Tanto ella como su familia viven hoy los ataques de los que prefieren verla muerta.

Lejos de las señales inequívocas de la manipulación desde Cuba, ya sea para reaparecer como para prenderse a tu bolsillo. Es importante que sepas que lo normal frente a una desaparición no es solo el reporte en redes. Quienes, de quererlo, podrían encontrar la ficha ausente es la policía en el terreno. Esa no se entera en la mayoría de los casos. Cuando se entera, es como si no se hubiese reportado la desaparición.

Tal y como el asesino aquel, sin internet ni Tik tok ni YouTube, escribiera en un papel sin huellas: “No se preocupen, estoy bien” mientras se despistaban a familiares y policías. Hoy par de teclas lo mismo sirven para la reaparición, como para que un asesino con teléfono de la víctima en manos, internet y YouTube teclee: “Está bien, está conmigo”…

Y… koniec.

En un país donde mentir es la aparente verdad de costumbre, no acostumbres a creer de primera una historia mal contada.

!ALERTA¡

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