
Newsletter Subscribe
Enter your email address below and subscribe to our newsletter
Redacción Nacional
La Habana. — La Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba emitió este miércoles una enérgica declaración contra el memorando presidencial de EE.UU. del 30 de junio, que refuerza el bloqueo económico y prohíbe el turismo estadounidense a la isla, medidas que calificó como una «guerra económica genocida» con fines «imperialistas».
Sin embargo, el texto omite una autocrítica sobre los errores internos que han agravado la miseria del pueblo cubano, en medio de una crisis sin precedentes.
Lea acá la Declaración de la Asamblea Nacional: (https://www.parlamentocubano.gob.cu/noticias/la-voluntad-del-pueblo-cubano-no-sera-quebrada-ni-sometida?fbclid=IwY2xjawLkrqNleHRuA2FlbQIxMABicmlkETE4NUVoODlNZXBQcVBqbUxZAR7rQ-9mdm2iaXrxIBm3ur_npaixmpiAynG2dJdv76bn1JGoE3p5Fm5kIlppcg_aem_I6Rl0ZgPGrOpJ-FenCbrBQ)
La declaración parlamentaria atribuye todas las carencias actuales —escasez de alimentos, medicamentos, combustibles y apagones— al bloqueo estadounidense, especialmente endurecido desde 2017 bajo la administración Trump y ahora reinstaurado con nuevas restricciones financieras y migratorias.
Destaca que la inclusión de Cuba en la lista de «patrocinadores del terrorismo» y la prohibición de transacciones con GAESA (conglomerado militar cubano) ahogan la economía.
No obstante, analistas señalan que el gobierno cubano instrumentaliza el bloqueo para evadir su responsabilidad en políticas fracasadas:
La Asamblea afirma que «la voluntad del pueblo no será quebrada», pero calla sobre episodios recientes que desmienten su discurso triunfalista:
El texto apela al derecho a la «libre determinación» y celebra el respaldo de 187 países en la ONU contra el bloqueo. Sin embargo, omite que aliados, como Venezuela, redujeron su ayuda petrolera, profundizando la crisis energética.
Además, la retórica antiimperialista choca con la dependencia de remesas —ahora obstaculizadas por EE.UU.—, que representaban el 10% del PIB.
Mientras la Asamblea culpa exclusivamente a EE.UU., economistas cubanos como Pedro Monreal ironizan: «Debe ser que también hay personas disfrazadas de ministros». La pregunta que evade el gobierno es cuánto más podrá resistir una población exhausta, atrapada entre sanciones externas y un modelo interno que ya mostró sus límites.