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Redacción Nacional
La Habana.- La crisis energética en Cuba alcanza niveles críticos en julio de 2025. Hay apagones prolongados que superan las 24 horas en algunas zonas. El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) reporta déficits diarios de más de 1,500 MW. Estos déficits son agravados por fallos en termoeléctricas como Mariel y Nuevitas, y la salida imprevista de unidades como Energás Jaruco 17.
Aunque los 18 parques solares instalados generan hasta 404 MW, su aporte es insuficiente para cubrir la demanda. Esto ocurre especialmente de noche, cuando la energía renovable no está disponible.
El gas licuado (GLP), esencial para cocinar ante los frecuentes cortes de luz, también escasea. Tras agotarse las reservas importadas en mayo, su comercialización se suspendió en casi todo el país, excepto para servicios prioritarios.
Mientras, las autoridades prometen una nueva descarga «próximamente», muchas familias recurren a leña o carbón, retrocediendo décadas en condiciones de vida.
El combustible para transporte no escapa al colapso. La refinería de Cienfuegos opera «por gravedad». Funcionarios admiten que Cuba podría enfrentar una «Opción Cero», similar a la anunciada por la crisis de los años 90. Podría haber racionamiento extremo y paralización de actividades no esenciales.
Las colas en gasolineras son interminables, y el mercado negro florece, mientras el gobierno prioriza diésel para generadores eléctricos.
El impacto social es devastador: familias cenan «pan con agua azucarada». Además, los hospitales luchan por mantener equipos encendidos, y el malestar crece ante la falta de soluciones. En provincias como Cienfuegos, Sancti Spíritus y las de Oriente, los apagones superan las 40 horas consecutivas. En La Habana se extienden hasta 8 horas diarias.
Las autoridades insisten en pedir «comprensión», pero la población, exhausta, exige transparencia y acciones concretas. Mientras, la escasez multidimensional —eléctrica, doméstica y de transporte— ahoga no solo la economía, sino la esperanza de un alivio inmediato. Cuba, literal y metafóricamente, se queda a oscuras.