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Por Jorge Menéndez ()
Cabrils.- El ministro de Energía y Minas cubano ha dicho que una de las principales causas de la situación de crisis sin salida del Sistema Electroenergético Nacional es la falta de las patanas turcas, que han abandonado el país por falta de pagos.
Me causa estupor oír tamañas mentiras. Seamos serios: la causa es la falta de interés en los mantenimientos, el no pago del 10% del crédito ruso para renovar las termoeléctricas por otras nuevas y, en resumen, el total abandono de la generación por parte del gobierno.
Se me hace difícil creer al ministro cuando por doquier crecen hoteles cinco estrellas como si fueran hongos, campos de golf, cuando llegan nuevos buses para el turismo o coches de alquiler.
Las patanas se han ido por la falta de pago, debido a que el gobierno no capta divisas por la profunda crisis que causa su política económica.
La pregunta correcta sería: ¿por qué tuvieron que acudir a las patanas? Es allí donde está el quid de la cuestión.
Nos marea con que los mantenimientos cuestan cifras de 100 millones de USD, de los que no disponen para dar mantenimiento a la termoeléctrica de Mariel. Simplemente, calculando a precios actuales, una termoeléctrica de 250 MW hoy cuesta entre 175 y 300 millones. Apelando a esa cifra, creo que sería mucho más rentable hacer una nueva; es un tema de sentido común. Solo el rascacielos de 23 ha costado lo mismo que una termoeléctrica.
¿Qué nos está contando el ministro?
Dice que si Cuba no tuviera el bloqueo, crecería a más del 9%. Otro cuento chino, cuando no producimos absolutamente nada por su planificación y control socialista.
Me parece que al pueblo de Cuba le gustan los cuentos porque, desgraciadamente, de eso vivimos.
¿Que si falta combustible? ¿Que si las patanas? ¿Qué responsabilidad tienen ellos como dirigentes del país? Resulta que es Trump el culpable.
Dice el ministro que han adquirido baterías de almacenamiento de energía para regular la frecuencia de las termoeléctricas, porque a estas no se les puede pedir más por sus 40 años de servicio. Entonces, ¿qué estamos reparando? La respuesta es obvia.
El ministro tiene una frase muy interesante: «la salida imprevista». Me gustaría preguntarle: ¿qué es lo imprevisto? Aquí todo es previsto y con un 300% de certeza; de imprevisto, nada.
Tampoco hay financiación para lubricantes, repuestos y combustibles. Entonces, ¿qué es lo imprevisto para el ministro?
Lo totalmente previsto es el caos en el que han sumido al país, y lo imprevisto es cuándo lograremos salir de este caos.