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Por Ramón García Guerra ()
La Habana.- Durante las décadas de 2000 y 2010 cerca de 200 mil cubanos pasaron a residir en La Habana.
La adopción del Decreto-Ley no. 288 por el Gobierno, en 2011, no detuvo el flujo migratorio desde el resto de las provincias.
Luego, en ese período se instalaron en la Ciudad entre 20 y 50 mil extranjeros, creando un montón de colonias; aunque los datos de que disponemos son apenas la punta de un iceberg.
Según los datos del Censo de población de 2012, el 49% de los residentes en La Habana nacieron en otras provincias del país.
Desde 1994 han emigrado dos millones de cubanos, 40% de ellos eran habaneros; con destino en Estados Unidos, España, México, Chile y otros 134 países de acogida.
Los cubanos son una de las comunidades más grandes y consolidadas entre las diásporas latinas en Estados Unidos, con una presencia significativa en Florida (sobre todo en Miami-Dade), Nueva Jersey, Texas y California.
La diáspora cubana es hoy de 2.4 millones de personas, según datos del U.S. Census Bureau (2022) y estudios del Pew Research Center.
Para que se tenga una idea de su situación social del cubano en Estados Unidos, según las fuentes citadas el ingreso medio de los hogares cubanoamericanos ronda los 55,000 USD/anuales.
Esa cifra es superior al promedio de otros hispanos (51,000 USD/anuales), pero por debajo del promedio nacional (71,000 USD/anuales).
Luego, el 14% se haya por debajo de la línea de pobreza, siendo 18% entre los latinos y 11% la media nacional.
La tasa de desempleo es de 4.5%, relativamente baja, aunque la ola migratoria post-2021 ha agravado la situación de los cubanos en ese país.
Sabemos que los migrantes internos en La Habana viven en condiciones más difíciles que los habaneros de origen, con empleos precarios, viviendas inseguras y acceso limitado a servicios.
Todo esto se agrava a partir del deterioro de las condiciones de vida en el país durante las últimas décadas.
Las redes de acogida ha sido decisivas en ambos casos, así como la influencia cultural de migrantes internos en La Habana y de los inmigrantes cubanos en Estados Unidos ha sido decisiva.
Desde la campenización de La Habana hasta la cubanización de La Florida, pasando por la participación de esas comunidades en la alta política en ambos países.